El perfil demográfico y social de Pátzcuaro, Michoacán, 1860

The demographic and social profile of Pátzcuaro, Michoacán, 1860

 

Oziel Ulises Talavera Ibarra

oziel.ibarra@umich.mx

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

Avenida Lázaro Cárdenas 921, col. Revolución, Uruapan, C.P. 60153. Michoacán, México

ORCID: 0000-0002-0262-4445

Fecha de recepción: 16 de julio del 2021

Fecha de aceptación: 12 de enero del 2022

 

DOI: https://doi.org/10.31836/lh.25.7276

 

 

Resumen: Este artículo estudia la estructura poblacional de Pátzcuaro, Michoacán, a partir de un padrón civil del año 1860 y de las partidas de defunción del registro parroquial. Este padrón contiene registros de edad, elemento poco común en este tipo de censos en el siglo XIX. Al construir una pirámide poblacional por grupos de edad y sexo, la identificación de los años de vida permite tener información sobre la estructura social, pues evidencia, en este caso, una población joven y la integración al trabajo a temprana edad, así como un retiro nulo de la actividad laboral. Las fuentes estudiadas aquí permiten también identificar fenómenos migratorios y una fuerte mortalidad infantil, así como el efecto que la crisis de mortalidad tuvo en la población.

Palabras clave: pirámide poblacional, índice de Whipple, Pátzcuaro, registro parroquial, padrón civil, siglo XIX.

 

Abstract: This article studies the population structure of Pátzcuaro, Michoacán, using a civil census of the year 1860 and the death certificates of the parish registry. This census provides age records, an uncommon item in this type of census in the nineteenth century. By projecting an age and sex group population pyramid, the identification of life spans provided insights into the social structure, as it revealed, in this case, a young population and work integration at an early age, as well as null work retirement. The sources studied here also make it possible to identify migratory phenomena and high infant mortality, as well as the effect of mortality crisis on the population.

Key Words: population pyramid, Whipple index, Pátzcuaro, parochial register, civil census, 19th century.

 

 

Introducción

La historia demográfica mexicana aún se encuentra en proceso de construcción. Los periodos y espacios por estudiar son todavía inmensos pese a la suma de trabajos en años recientes. Una de las limitantes para los estudios demográficos es la calidad y cantidad variables de fuentes. Los estudios de la historia demográfica consideran que el periodo estadístico en México comenzó en 1895 con el primer censo nacional. para las etapas anteriores se cuenta, de manera fundamental, con los registros parroquiales de la Iglesia católica, en particular las estadísticas vitales –bautizos, matrimonios y defunciones– además de conteos y estimaciones de población en ciertos años y en determinadas localidades. La Corona española tuvo algunos proyectos para enumerar la población de todo el virreinato a fines del siglo XVIII, pero con un éxito limitado. La Iglesia comenzó a perder el control del registro de la población en la segunda mitad del siglo XIX, a partir de las Leyes de Reforma y el dominio de los liberales; paulatinamente fue sustituida en tales funciones por el Registro Civil, institución que registró a la gran mayoría de la población hasta el porfiriato.

La historia demográfica permite conocer aspectos fundamentales de la sociedad mexicana como su estructura a través de estudios locales y regionales, como el que el presente trabajo ha conducido en una importante población michoacana durante el periodo colonial y el México independiente: Pátzcuaro. El padrón de Pátzcuaro del año 1860, levantado por los encargados del Registro Civil, contiene datos importantes como la edad, el oficio y lugar de procedencia de los habitantes –en adelante “Padrón de 1860”–. El documento tiene apartados para la ciudad, pueblos de indígenas y ranchos en su zona de influencia, de tal manera que permite conocer la estructura por edad de la población, la proporción por sexo, la ocupación laboral o la migración, y posibilita, además, calcular elementos de mortalidad al cruzar la información con las actas de defunción del año en cuestión. También se trabajó otra fuente demográfica, un resumen de población y ocupación del año 1790 –en adelante “Resumen de 1790”– que permitió hacer comparaciones de algunos elementos de la estructura por edad o las ocupaciones.

Pátzcuaro es muestra de una sociedad de antiguo régimen demográfico con alta natalidad, alta mortalidad y una población joven en lucha por la supervivencia de la colectividad. Un asentamiento con emigración masculina e inmigración femenina en edades productivas. Esta ciudad estaba en proceso de decadencia ante otras ciudades michoacanas, como Zamora o Uruapan, que tuvieron un crecimiento demográfico durante el último tercio del siglo XIX e inicios del XX.

 

El espacio: la ciudad de Pátzcuaro

Los orígenes del asentamiento se remontan a la época prehispánica: fue una de las tres capitales del antiguo imperio purépecha, junto con Ihuatzio y Tzintzuntzan en el siglo XV. A inicios de la época colonial, al ser nombrado Vasco de Quiroga obispo de Michoacán, se trasladó la sede del obispado de Tzintzuntzan a Pátzcuaro y, con ello, el título de Ciudad de Michoacán. Tal movimiento implicó el cambio de una fuerte cantidad de población indígena. Posteriormente, en 1580, se movió la silla episcopal a Valladolid, hoy Morelia, dando inicio a un conflicto entre las dos ciudades por ser la capital política y administrativa de la provincia. En 1776, Valladolid fue erigida como capital durante el establecimiento del sistema de intendencias en la Nueva España, lo que supuso una decadencia económica, política y social para Pátzcuaro, ya que pasó a ser la segunda ciudad de Michoacán en las postrimerías de la época colonial y buena parte del siglo XIX. El asentamiento está vinculado con el gran lago que lleva el mismo nombre y que está en proceso de extinción.

En el siglo XIX, se tienen algunas descripciones del lugar. Precisamente en el año del Padrón, Romero (1972, pp. 38, 72) describió los actuales estados de Michoacán y Guanajuato. En particular sobre Pátzcuaro, señaló que tenía más de 100 calles y callejones, con una plaza de 180 varas de cada costado, muy decente su portalería, gran número de casas de dos pisos y una elegantísima fuente que surtía de agua al vecindario. En el orden político, siempre había sido la segunda ciudad del estado por su antigüedad, recuerdos e ilustración, capital de prefectura; tuvo ayuntamiento desde la época de su fundación, tenía juzgado de letras y administración de alcabalas y correos. En el orden comercial, era el centro de grandes negocios y depósito de productos de la sierra tarasca y de la tierra caliente, además de celebrar tianguis cada viernes. Entre sus actividades principales estaban la agricultura, las fábricas de aguardientes, el tráfico del cobre labrado, la arriería, la pesca, algunos tejidos ordinarios de algodón y el comercio al menudeo. El mismo escrito señala que el distrito de Pátzcuaro tenía 13 500 habitantes, incluyendo a Huiramba y varios pueblos, al restar las personas de estas últimas localidades se tendría una cifra aproximada de 10 015 habitantes en la ciudad –muy superior al dato del Padrón que se estudia en el presente texto y respecto de otras cifras de población que se mencionan más adelante.

Pátzcuaro continuó siendo un punto importante durante el porfiriato por el tráfico comercial de productos de Tierra Caliente y la Costa michoacana. El ferrocarril llegó en 1886, lo que significó la llegada de gran cantidad de mercancías de otras partes del país y del extranjero. Esto tuvo repercusiones negativas en los artesanos del lugar, sobre todo los que manufacturaban textiles, quienes tuvieron que cambiar de actividad o emigraron. El ferrocarril se extendió hasta la ciudad de Uruapan y comenzó un descenso en las actividades económicas y comerciales en el asentamiento lacustre. Durante el porfiriato, las actividades económicas eran muy similares a las señaladas por Romero (1972): agricultura, fabricación de aguardiente, distribución de algodón, arriería, pesca, tráfico de cobre labrado y ebanistería, todo ello con un comercio bien establecido. Había gran cantidad de artes y oficios, siendo notables los tejidos de hilo y lana en sarapes, rebozos y mantas hechas en telares de mano, zapatería, sastrería, sombrerería, herrería, platería y carpintería (Cortés, 2010, pp. 218, 220–21). La ciudad desde mediados del siglo XIX y hasta principios del XX comenzó a mostrar una decadencia, pues de ser la segunda ciudad más poblada de Michoacán descendió al noveno lugar en 1910 (Censo 1910, p. 46).[1]

 

Tabla 1

Datos históricos de población en Pátzcuaro

Fuente

Año

Población

Hombres

%

Mujeres

%

Proporción

hombre/mujer

Resumen

1790

4 408

1 950

44.2

2 458

55.8

79.3

Martínez de Lejarza

1821

5 129

2 037

39.7

3 092

60.3

65.9

Padrón

1860

3 783

1 626

43.0

2 157

57.0

75.4

Pérez

1872

6 036

 

Toussaint

1882

7 511

 

Cortés

1895

7 316

 

Censo 1895

1895

7 584

3 432

45.3

4 152

54.7

82.7

Censo 1900

1900

7 621

3 463

45.4

4 158

54.6

83.3

Censo 1910

1910

6 875

2 954

43.0

3 921

57.0

75.3

 

Fuente: Censo 1895 (1899, p. 8); Cortés (2010, p. 217); División territorial 1900 (1905, p. 35); División territorial 1910 (1917, p. 68); Martínez de Lejarza (1974, pp. 115–20); Padrón de 1860; Pérez (1872, p. 80); Resumen de 1790; Toussaint (1942, p. 98).

 

Revisando los diferentes datos de población, con excepción de los presentados por Romero (1972), se tienen algunas cifras contradictorias (Tabla 1): un aumento poblacional entre los años 1790 y 1821, pese que a lo largo del periodo ocurrieron varias epidemias en 1794–1796, 1798 y 1814–1815 (Talavera, 2018, p. 137), además de 11 años de lucha insurgente. Durante este conflicto, Pátzcuaro fue escenario de batallas y enfrentamientos, y con ello, un alto número de muertes y una marcada emigración de sus habitantes. El dato de Martínez de Lejarza (1974) habría que tomarlo con cuidado, pues al parecer fue enviado por autoridades locales que dieron cifras más elevadas respecto de las reales. Para el año de 1860, hay un descenso en el número de habitantes y posiblemente exista un subregistro en el Padrón, en particular de los hombres, lo que se discute más adelante. Al comparar este dato con las cifras de los años 1872 y 1882 se tendría un crecimiento poblacional muy alto: la cifra de 1872 se obtuvo de manera proporcional respecto de la población del distrito. En el año de 1895, se tienen dos cifras: la de los habitantes de la ciudad fue calculada con base a los datos del censo de 1900, así como la proporción por sexo. Los datos de 1900 y 1910 muestran un decrecimiento, en tanto que otras ciudades michoacanas aumentaban sus pobladores.

La Tasa de Crecimiento Exponencial de la población (Livi-Bacci, 1993, pp. 35–38) fue calculada con base logarítmica y arroja datos muy altos en algunos años: entre 1860 y 1872 llegó a ser de 3.894%; un poco menor, aunque todavía una cifra alta, fue entre 1872 y 1882 con 2.186%. Es posible que en el primer periodo Pátzcuaro se hubiera convertido en sitio de acogida para familias que huían de la violencia derivada de la Intervención Francesa; en este conflicto, Michoacán fue escenario de los enfrentamientos entre liberales y conservadores, estos últimos apoyados con tropas extranjeras. En el segundo periodo se puede especular que se dio un proceso de retorno de los migrantes a sus lugares generando un descenso poblacional.

Un elemento constante en las cifras de población de Pátzcuaro fue el predominio femenino (Tabla 1), aunque hubo algunas variaciones: el dato de 1821, el más bajo, mostró los efectos negativos de la guerra, sobre la población masculina. En los demás años los datos se ubican en un rango entre 75.3% y 83.3%, por debajo del resto del país. La tendencia al dominio femenino patzcuareño es muy notable respecto de Michoacán y México, como se aprecia en la Tabla 2. Tomando en cuenta los datos censales de 1895, 1900 y 1910, la relación entre sexos nacional y estatal varió entre 97.3% y 99.9% de hombres.

Tabla 2

Población total y proporción por sexo en Michoacán y México

Lugar y año

Hombres

Mujeres

Población

Relación

entre sexos

Michoacán 1895

443 318

443 690

887 008

99.9

México 1895

6 190 311

6 301 262

12 491 573

98.2

Michoacán 1900

466 979

468 870

935 849

99.6

México 1900

6 716 007

6 829 455

13 545 462

98.3

Michoacán 1910

489 073

502 807

991 880

97.3

México 1910

7 504 471

7 655 898

15 160 369

98.0

 

Fuente: Censo 1895 (1899, p. 6); Censo 1910 (1920 pp. 5, 11).

 

La fuente

La historia demográfica, en términos de su análisis y métodos aplicables, depende de la calidad de las fuentes utilizadas, así como su cobertura, detalles y relevancia de los resultados obtenidos (Livi-Bacci, 1993, pp. 15–16). Fundamentalmente, las fuentes demográficas en México, de los siglos XVI y XIX, provienen de los registros parroquiales, puesto que este periodo constituye la era preestadística o protoestadística que termina en el año 1895 con el levantamiento del primer censo nacional. Las fuentes del periodo preestadístico mexicano tienen una calidad variable. La Iglesia no tenía una administración unificada; los curas tomaban decisiones sobre la forma de anotar en los libros, generando diferencias entre parroquias en términos de su detalle y su calidad. De manera general se establece que, en México, los registros son escasos en el siglo XVI, mejoran en los siglos XVII y XVIII, durante la insurgencia se interrumpe su secuencia, mientras que en el México independiente reanudan su continuidad hasta las Guerras de Reforma y durante la Intervención Francesa (Cook y Borah, 1998, pp. 19–21, 31–33, 65–67, 80–82). A partir de 1859, los registros parroquiales tienen fuertes modificaciones debido a que los gobiernos de los estados hicieron obligatorio la anotación de bautizos, matrimonios y difuntos en el Registro Civil, aunque parte de la población no cumplió con tal medida. En varias localidades los libros del Civil han desaparecido o fueron quemados en las diversas revueltas que sufrió el país. A partir del porfiriato se tendría una secuencia de datos, interrumpida durante la Revolución Mexicana. Los registros parroquiales y civiles tienen como problema fundamental el subregistro de defunciones, sobre todo de párvulos. Las fuentes de error más graves conciernen a los entierros (Morin, 1972, pp. 396–97).

Morin (1972, pp. 413–14) señala que los censos parroquiales son complementarios a los registros parroquiales, puesto que posibilitan conocer la estructura por edad, sexo y estado civil (todo ello a través de una pirámide de edad), además de identificar las lagunas y distorsiones por mortalidades y migraciones anormales, la frecuencia de celibato con los solteros de 50 años o más, lo que constituye un buen indicador de la nupcialidad general y la capacidad reproductiva de una sociedad, además de la viudez según la edad y el sexo.

El “Padrón de 1860” se localiza en el Archivo Histórico Municipal de Morelia (AHMM), el título señala que fue depurado y enviado a la Jefatura de Prefectura en Morelia, por el Registro Civil de la Municipalidad de Pátzcuaro. Al igual que otros padrones y censos, es susceptible de mostrar un subregistro de la población, de acuerdo con el fin con que fue levantado. Por ejemplo, los eclesiásticos contenían a las personas que habían cumplido con la confesión y comunión antes de la Cuaresma, y posiblemente no registraban a toda la población; algunos padrones civiles tenían objetivos militares, por lo cual los hombres evitaban ser anotados. Como se explica más adelante, el padrón que aquí se estudia contiene un subregistro de varones, aunque desconocemos los fines que perseguía el levantamiento de esta información. Para ese periodo se tienen pocos documentos que nos permitan conocer la estructura de la sociedad en una localidad ya sea para México o Michoacán.

El documento no contiene información sobre los motivos de su levantamiento, ni de la autoridad que dispuso su ejecución. Es un listado en el que se registró a los habitantes por los apellidos paterno y materno, y nombre de cada persona, y debido a esta secuencia no se puede identificar la estructura de los hogares. Por otra parte, contiene un dato muy importante y raro para el periodo que es la edad, así como sexo, estado civil, oficio, lugar de nacimiento y si sabían leer y escribir. La información fue escrita en hojas que delimitan las columnas, pero no las filas, esto implicó que no se pudiera hacer un seguimiento del alfabetismo, pues una vez que se asentó si una persona sabía leer o no, se continuaban con comillas para repetir la información anterior, pero se perdió la secuencia por parte del escribano. Fue evidente que no correspondía la información con las personas, por ejemplo, aparecen niños menores de cinco años que sabían leer y escribir.

El Padrón contiene en hojas aparte los pueblos que incluían la municipalidad: Santa Ana (Chapitiro), San Bartolo (San Bartolo Pareo), Tupátaro, Nocutzepo, Zenzenguaro (Tzentzénguaro), Huecorio, San Pedro Pareo, Cuanajo, Janicho (Janitzio), Surumutaro (Tzurumútaro) y Tocuaro, en otro apartado se encuentran los habitantes de ranchos y haciendas: Del Zapote, Cacana, La Presa, Zacapangamuco, Zitumero, Canacuicho, Chapultepec y Buena Vista, Charahuén, Molino de Vicentelo, Ibarra, San José, La Tareta y Aranjuez. Los pueblos y explotaciones agropecuarios se ubican en el sur del lago, con pocos poblados rivereños y tan solo una isla: Janitzio (Figura 1). Los pueblos de Tupátaro y Cuanajo están algo alejados del resto, al oriente, entre 13 y 16 kilómetros de distancia de Pátzcuaro. En los pueblos, ranchos y haciendas fue posible identificar las pocas personas que sabían leer y escribir.

 

Figura 1

Pátzcuaro y pueblos de su jurisdicción

Descripción: Imagen que contiene texto, mapa

Descripción generada automáticamente

 

 

La otra fuente que se usó para hacer algunas comparaciones fue “Resumen de 1790”, un compendio de datos de población de la intendencia que está microfilmado en el Archivo Histórico Documental “Dr. Gerardo Sánchez Díaz” (AHD), de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Instituto de Investigaciones Históricas (IIH): “Resumen general de las ciudades, villas, pueblos, parroquias en la prov. de Michoacán, Conde de Revillagigedo. 1790”. El Resumen formó parte del conocido Censo del conde de Revillagigedo, una fuente civil que intentó dar cuenta de forma precisa de las principales características de los habitantes de la Nueva España. Para el caso de la provincia de Michoacán, separa a la población por grupos de edad, aunque se sobreponen los rangos; también contiene información sobre la calidad racial y ocupación, lo que permite hacer comparaciones con el levantamiento del año 1860.

Finalmente, se capturó la información del libro de defunciones del Archivo Parroquial de Pátzcuaro, a través del sitio de Family Search, en particular su usaron los datos del año bajo estudio que no tiene problemas de subregistro de párvulos e incluye la edad de fallecimiento en 94.8% de las partidas de defunción; de igual manera se cuenta con las causas de fallecimiento. Los párvulos fallecidos en ese año constituyeron 52.8% del total, una cifra fiable, puesto que empíricamente se considera que, de manera normal en años sin epidemias, la mitad de los difuntos corresponden a párvulos.

 

Pirámide de edades del padrón

Los fenómenos demográficos son dependientes de la estructura por edad. La tasa de mortalidad, por ejemplo, no solo depende del nivel de salud individual y del grado de desarrollo sanitario de un país, sino también de la edad, de la capacidad de reproducción con una población joven, así como de otros fenómenos tales como la oferta de trabajo. La estructura por edad está determinada por la historia pasada de su natalidad y mortalidad, además de las migraciones. Los flujos de nacimientos y defunciones representan los procesos de renovación y extinción de la sociedad (Livi-Bacci, 1993, pp. 79–81). La estructura social de Pátzcuaro, como se explica más adelante, corresponde a una población histórica con alta mortalidad y natalidad, con una fuerte proporción de jóvenes, y un rápido descenso de la población al pasar a edades maduras y ancianas; el crecimiento poblacional es lento, pues la alta natalidad apenas supera la alta mortalidad.

La pirámide de edad puede tener asimetrías que dan cuenta de diversos sucesos como la desigualdad de nacimientos de niños, nacen más varones que mujeres, pero se equilibra la proporción pues existe una sobremortalidad masculina. Otro elemento es la migración que por lo regular se aduce a la llegada de hombres jóvenes (Pressat, 2000, pp. 278–79). En el caso de las ciudades mexicanas durante la Colonia y siglo XIX, se evidencia una fuerte inmigración femenina (Rabell, 2008, p. 72). Tal es el caso de Pátzcuaro que se discute más adelante. Otros fenómenos que pueden alterar la simetría en los grupos de edad son las crisis de mortalidad y las guerras (Livi-Bacci, 1993, p. 81). También habría que agregar el subregistro masculino en jóvenes y adultos que históricamente evitaban el servicio de las armas.

Un primer elemento que se midió en el padrón, en términos de la confianza de los datos registrados, fue el índice de Whipple para 5 y 10 años (Pimienta y Vera, 1999, pp. 6–7), aplicado en las diferentes localidades (Tabla 3). En él se hace evidente la tendencia a declarar la edad en cifras que terminan en los números 5 y 0, con excepción de Tupátaro y Cuanajo con datos inferiores a 100, lo que indica repulsión a las edades terminadas en 5 y 0 (Horjales, Koolhaas y Nathan, 2012, p. 2), con un grado menor de desviación se tiene a Huecorio. Se establece que un índice de 100 señala una nula atracción por el 5 y 0, en tanto que 500 implica que todas las edades terminan en estos dígitos (Tapinos, 1988, p. 37).

 

Tabla 3

Padrón de 1860: índice de Whipple, edad media, edad mediana e índice de envejecimiento

Localidad

Índice

Whipple

Edad

media

Edad

mediana

Índice de

envejecimiento

Pátzcuaro

221.6

23.0

20.6

4.9

Santa Ana

331.3

24.6

19.1

4.8

San Bartolo

291.7

21.3

18.6

8.8

Tupátaro

65.9

22.5

20.6

0.0

Nocutzepo

475.0

26.4

26.3

7.5

Zenzenguaro

370.0

21.5

19.9

2.1

Huecorio

131.9

28.0

26.7

6.3

San Pedro Pareo

247.8

21.9

17.0

2.9

Cuanajo

69.5

25.9

25.2

4.5

Janicho

273.1

26.1

25.4

20.4

Surumutaro

172.6

20.5

13.5

1.2

Tocuaro

184.6

25.0

21.4

6.5

Ranchos

213.1

22.4

20.2

2.9

 

 

 

Pátzcuaro en ese año se puede identificar como una ciudad mestiza con poca población indígena, al contrario de los pueblos que mantuvieron su identidad purépecha. La población de ranchos y haciendas tuvieron un proceso de mestizaje en la época colonial. Los indígenas que llegaban a trabajar perdían su identidad no conservaban la estructura de responsabilidades comunitarias y devocionales. El total de población del padrón fue de 7 839 distribuidos de la siguiente forma: 48.2% en Pátzcuaro, 42.8% en los pueblos y 9.0% en ranchos y haciendas. El cálculo, análisis y discusión de datos se hizo en su mayoría para la ciudad de Pátzcuaro, y aunque el índice de Whipple fue alto, se considera que los datos fueron próximos a los reales y que se tenía una noción de la edad; también se calculó la edad media y la edad mediana,[2] esta última, aunque es más variable que la media, acusa menos las particularidades estructurales propias de cada población (Livi-Bacci, 1993, pp. 85, 88).

La edad media y la edad mediana muestran una población joven con poca cantidad de personas pasaban los 65 años. La misma tendencia se verifica con el índice de envejecimiento[3] con excepción de Janitzio. En algunos asentamientos la población vieja era sumamente baja o incluso llegó al 0 en el caso de Tupátaro.

 

Figura 2

Padrón de 1860: pirámide poblacional de Pátzcuaro

 

La pirámide por edades de Pátzcuaro, expresada en porcentaje por sexo,  muestra en el primer rango una ligera ventaja para las mujeres, pues normalmente se tiene una mayor cantidad de nacimientos de varones, los cuales disminuyen paulatinamente por su mayor mortalidad. Las mujeres aumentan en los rangos entre 15 y 30 años, cerca del doble respecto de los hombres. La proporción entre sexos reflejó una presencia mayor de mujeres en edades jóvenes y maduras. El lugar de procedencia en el padrón muestra una migración de mujeres en edad productiva; del total de foráneos, 40.5% fueron hombres y 59.5% mujeres, estas últimas provenían de lugares cercanos como Morelia, Santa Clara, Quiroga, Zamora o Ario de Rosales. Es posible que hubiera una emigración masculina en los rangos de edad productiva que alteró la forma de la pirámide, aunque también se puede considerar un ocultamiento para evitar un alistamiento con fines militares lo que daría cuenta del subregistro ya mencionado (Herrera, 2014, p. 98). Estos datos se pueden comparar con otras investigaciones, en San Juan de los Lagos, en 1824, se encontró un índice de masculinidad bajo en los grupos de edad de 15 a 44 años, siendo más notorio entre los 20 y 29 años, con cifras de 62% o 71%, lo que se pudo deber a la migración de hombres en edad productiva en búsqueda de trabajo en las ciudades. La pirámide poblacional de San Juan de los Lagos mostró que el rango por edad de 0 a 4 no fue el más numeroso, tan solo constituyó 8.8% de la población, el rango mayor fue entre los 5 y 9 años con 14.2%, a diferencia de la pirámide de Pátzcuaro. En el asentamiento alteño predominan las mujeres a partir de los 15 años, no solamente por la migración masculina sino también por la muerte de hombres en la guerra de Independencia (Becerra, 2015, pp. 94–100).

La migración por rango de edad en Pátzcuaro muestra las diferencias por sexo, de los migrantes con edad entre los 15 y 24 años, 7.5% fueron hombres, en tanto que las mujeres aumentan al doble con 15.8%; entre los 30 y 34 años la situación cambia a favor de los hombres con 5.9% y las féminas con 4.1%.

 

Tabla 4

Padrón de 1860: rangos por edad en Pátzcuaro

Rangos edad

Cantidad

%

Hombres

%

Mujeres

%

0-4

533

14.1

259

6.9

274

7.2

5-9

492

13.0

240

6.3

252

6.7

10-14

400

10.6

186

4.9

214

5.7

15-19

422

11.2

138

3.6

284

7.5

20-24

375

9.9

136

3.6

239

6.3

25-30

335

8.9

112

3.0

223

5.9

30-34

307

8.1

145

3.8

162

4.3

35-39

194

5.1

82

2.2

112

3.0

40-44

206

5.4

76

2.0

130

3.4

45-49

127

3.4

58

1.5

69

1.8

50-54

148

3.9

66

1.7

82

2.2

55-59

73

1.9

31

0.8

42

1.1

60-64

99

2.6

54

1.4

45

1.2

65-69

21

0.6

13

0.3

8

0.2

70 o más

49

1.3

29

0.8

20

0.5

 

 

Tabla 5

Padrón de 1860: rangos por edad de 0 a 9 años en Pátzcuaro, pueblos y ranchos

 

Pátzcuaro

Pueblos de indios

Ranchos y haciendas

Rango edad

Cantidad

%

Cantidad

%

Cantidad

%

Menor a 1

72

7.0

87

9.5

4

1.7

1

148

14.4

66

7.2

25

10.9

2

117

11.4

84

9.1

25

10.9

3

90

8.8

88

9.6

36

15.7

4

107

10.4

90

9.8

28

12.2

5

116

11.3

73

7.9

26

11.3

6

95

9.3

128

13.9

32

13.9

7

97

9.5

97

10.5

19

8.3

8

112

10.9

129

14.0

22

9.6

9

71

6.9

78

8.5

13

5.7

Suma

1 025

100

920

100

230

100

 

 

El primer rango de edad en Pátzcuaro debió tener una base más amplia, pero se redujo por las crisis de mortalidad en los años 1856 y 1857, por viruela en el primer año y tifo en el último, que hicieron mella entre los niños de 0 a 9 años, como se verifica en la Tabla 4. En los años anteriores, hubo varias crisis de mortalidad de dimensión menor, como en los años 1847 y 1848 (Talavera, 2018, p. 138), aunque afectó más a los párvulos, 59.2% y 50.9% del total de fallecidos respectivamente. Otra crisis fue la pandemia de cólera de 1850 que impactó más a los rangos de 30–34, 40–44 y 60–64 años; tal situación se debió reflejar en los rangos de 45–49 y 55–59 años en el Padrón de 1860, pero no corresponden exactamente a la afectación en los rangos de edad.

Una característica de las sociedades agrícolas era la gran proporción de niños en el grupo de 0 a 9 años. Pátzcuaro tuvo 27.1%, muy cercano al dato de los pueblos con 27.4%, pero fue mayor en ranchos y haciendas con 32.7%. Al obtener los datos por año en esta subpoblación se tienen datos contrastantes (Tabla 5), en el caso de niños menores de un año, los pueblos tienen un dato mayor con 9.5%, Pátzcuaro con 7.0% y los ranchos con 1.7% lo que mostraría el efecto de las epidemias ya señaladas, así como un subregistro de los más pequeños que es mayor en ranchos y haciendas. Los grupos de edad muestran comportamientos diferentes; en los pueblos de indios están mejor distribuidos los grupos, con tendencia a aumentar de 6 años para arriba. Pátzcuaro tiene cifras mayores entre 1 y 5 años, en tanto que ranchos y haciendas muestran un comportamiento similar al de una curva de distribución normal con cúspide en los 3 años.

 

El perfil ocupacional, edad y sexo en el Padrón de 1860 y el Resumen de 1790

En el Padrón de 1860 se obtuvo el índice demográfico de dependencia o de población activa, que mide las personas que no son autónomas por razones de edad (ancianos y muy jóvenes). En el caso de Pátzcuaro hay que considerar lo establecido por Livi-Bacci (1993, 89), los límites de edad son preestablecidos y cambian en los países agrícolas en donde se empieza a trabajar desde niño y se termina en una vejez muy avanzada. En el caso de la ciudad de Oaxaca, Rabell  (2008, p. 146) establece una edad de 58 años o más para la vejez: 6% de la población. En Pátzcuaro, 4.5% de la población tenía 60 años o más; por lo regular se utiliza tal parámetro para medir la población anciana, bajo este supuesto, el índice demográfico de dependencia fue de 65.4, aunque las limitantes de edad son diferentes, tanto en la integración como en el término de la actividad, las diferencias son más marcadas por sexo.

Al considerar los grupos por edad se tiene una integración temprana al trabajo y un retiro casi inexistente (Tabla 6), pues los hombres trabajaban “profesionalmente” hasta que fallecían. Al tomar en cuenta a la población masculina, 22% de niños trabajan en el grupo de 10 a 14 años, a partir de ahí aumenta notablemente, de manera que en los últimos rangos llegan a ser entre 85 a 90% de personas que seguían trabajando. Es notorio la participación mayor de los hombres con 91.7% y el resto para las mujeres; tal proporción se debe a que no tomaran en cuenta oficios tradicionales femeninos como actividad profesional, tales como lavar ropa, comercio al menudeo, limpieza, entre otras, muchas de ellas de tiempo parcial. Las ocupaciones registradas para las mujeres fueron, en primer lugar, las domésticas con 5.1%; con menos de 1% estuvieron las costureras y las tortilleras, en tanto que aparece tan solo una preceptora y una profesora de primeras letras.

 

Tabla 6

Padrón de 1860: cálculos a partir de oficios

Rangos edad

Cantidad con oficio

% con oficio res-pecto población

Hombres con oficio

Población de hombres

% ocupación

hombres respecto al total

0-4

0

0.0

0

259

0.0

5-9

0

0.0

0

240

0.0

10-14

44

4.9

41

186

22.0

15-19

98

11.0

86

138

62.3

20-24

118

13.3

105

136

77.2

25-30

105

11.8

91

112

81.3

30-34

133

14.9

126

145

86.9

35-39

83

9.3

74

82

90.2

40-44

70

7.9

65

76

85.5

45-49

56

6.3

53

58

91.4

50-54

64

7.2

59

66

89.4

55-59

29

3.3

29

31

93.5

60-64

51

5.7

50

54

92.6

65-69

11

1.2

11

13

84.6

70 o más

28

3.1

26

29

89.7

Suma

890

816

1 625

 

 

 

El índice de estructura de población activa, que mide el grado de envejecimiento de la población activa, dio como resultado 40% en Pátzcuaro. Un índice de 35% marcaría una población muy joven y progresiva en tanto que un máximo de 100 muestra una población con tendencia regresiva. El índice de reemplazamiento de la población en edad activa mide el cociente entre los que están a punto de salir de la edad activa y los que están a punto de entrar. El dato obtenido en Pátzcuaro (23.5%) muestra una población en vías de desarrollo; como referencia se tiene que si el índice llega a 100% es evidencia de una población muy madura (Livi-Bacci, 1993, 89–90).

En el mismo sentido se calculó la población económicamente activa (PEA), tomando en cuenta el total de población y gente con oficio fue de 32.4%; al considerar únicamente a los hombres con oficio y la población masculina sube el dato a 72.8.

Las 15 ocupaciones principales reportadas en el Padrón de 1860 arrojaron los datos de la Tabla 7.

 

Tabla 7

Padrón de 1860 y Resumen de 1790: principales oficios

 

Padrón de 1860

Resumen de 1790

Oficio

Cantidad

%

Oficio

Cantidad

%

Comerciante

164

18.4

Jornaleros

391

34.2

Labrador

115

12.9

Tributarios

377

33.0

Carpintero

57

6.4

Artesanos

122

10.7

Doméstica

45

5.1

Labradores

116

10.1

Zapatero

43

4.8

Estudiantes

42

3.7

Albañil

40

4.5

Comerciantes

40

3.5

Sastre

38

4.3

Órdenes menores

16

1.4

Doméstico

33

3.7

Fuero militar

8

0.7

Herrero

25

2.8

Mineros

8

0.7

Jornalero

25

2.8

Barberos y sanguijeros

6

0.5

Obrajero

24

2.7

Vicarios

5

0.4

Platero

23

2.6

Empleados Real hacienda

3

0.3

Gañán

22

2.5

Órdenes menores

2

0.2

Panadero

18

2.0

Médicos

2

0.2

Rebocero

16

1.8

Curas

1

0.1

 

En el año 1860 la actividad principal se relacionaba con el comercio, lo que muestra el perfil mercantil de Pátzcuaro, después siguen diversas actividades propias de una ciudad que necesitaba determinados servicios: carpintero, zapatero, sastre, herrero, etcétera, así como actividades propias de la agricultura: labrador, jornalero y gañán, y las actividades de servidumbre –domésticas y domésticos–. Con datos menores aparecen oficios que ya sufrían la competencia con los productos textiles industriales, como obrajero y rebocero.

Los oficios cambian respecto del Resumen de 1790, aunque en este caso la información se levantó al establecer determinadas actividades para la intendencia de Valladolid y se contaron los efectivos en las diversas localidades. En 1860 es notable el descenso de jornaleros, desaparece el concepto de tributarios que debieron estar contenidos en oficios dedicados a la agricultura en 1860, los comerciantes tenían menor presencia en 1790. El número de clérigos descendió, pues en el recuento colonial al incluir el clero regular y secular, tanto hombres como mujeres, sumaron un total de 251. En 1860 el número descendió a 8 eclesiásticos, entre otras cosas, se debió a la exclaustración de órdenes monásticas, particularmente en Pátzcuaro, la de jesuitas que ocurrió en el año 1767 y en 1858 fueron los padres de la Misión de San Vicente de Paul (Salas, 1956, pp. 90–91).

Se realizó una comparación de la estructura por edad con el Resumen de 1790 adecuando los datos al recuento colonial que estableció ciertos rangos que se muestran en la Tabla 8. Se tuvieron que ajustar los datos de 1860 para poder hacer comparaciones además de algunas modificaciones pues el de 1790 tiene un traslape en los rangos por edad, como se verifica en las Tablas 8 y 9.

 

Tabla 8

Resumen de 1790: población por rangos de edad y sexo

Rangos edad

Cantidad

%

Hombres

%

Mujeres

%

Proporción

hombre/mujer

0-7

776

17.6

378

8.6

398

9.0

95.0

7-16

913

20.7

416

9.4

497

11.3

83.7

16-25

850

19.3

342

7.8

508

11.5

67.3

25-40

1 068

24.2

456

10.3

612

13.9

74.5

40-50

453

10.3

207

4.7

246

5.6

84.1

50 o más

348

7.9

151

3.4

197

4.5

76.6

Total

4 408

100.0

1 950

44.2

2 458

55.8

79.3

 

Al comparar ambos recuentos lo primero que resalta es la disminución de la población, casi 15% menos a lo largo de 70 años, de por medio estuvieron la guerra de Independencia, así como varias epidemias y pandemias: las fiebres misteriosas en 1814 y 1815, los cóleras de 1833 y 1850, la viruela de 1840 y el tifo de 1848, aunque todas fueron crisis menores considerando a la población adulta o total (Talavera, 2018, pp. 136–39), además del subregistro que se abordó párrafos atrás.

 

Tabla 9

Padrón de 1860: población por rangos de edad y sexo

 

Rangos edad

Cantidad

%

Hombres

%

Mujeres

%

Hombres/

mujeres

0-7

842

22.3

404

10.7

438

11.6

92.2

8-16

783

20.7

338

8.9

445

11.8

76.0

17-25

696

18.4

253

6.7

443

11.7

57.1

26-40

879

23.2

352

9.3

527

13.9

66.8

41-50

303

8.0

131

3.5

172

4.5

76.2

51 o más

278

7.4

147

3.9

131

3.5

112.2

Total

3 781

100.0

1 625

43.0

2 156

57.0

75.4

 

También hay que considerar la paulatina decadencia de Pátzcuaro al perder la capitalidad política y administrativa ante Valladolid, que trajo consecuencias económicas y sociales. Los datos de población del Resumen de 1790 mostraron los efectos negativos de varias epidemias que dejaron su impronta de muertos en ciertos grupos de edad; al tomar en cuenta únicamente a los adultos, debido al subregistro infantil, se tuvieron varios años críticos: en 1774 y 1775 las defunciones estuvieron cerca de ser crisis, con categoría de crisis menores se tienen la viruela de 1780 y las fiebres (Gran Hambre) de 1785 y 1786 (Talavera, 2018, p. 137). El Resumen de 1790 acusó más los efectos de las crisis de mortalidad sobre todo en el rango de los más pequeños, así como entre los 7 y 25 años. Resulta algo difícil la comparación entre los recuentos, pues los rangos abarcan diferentes años de edad –7, 9, 10 o 15 años–, el de 1860 se acerca más a la forma de una pirámide, aunque el rango de 26–40 años es superior, pero también abarca mayor cantidad de años, posteriormente los datos descienden en las edades mayores. La relación entre hombres y mujeres favorece a las féminas en las dos fuentes aunque tienen algunas diferencias: los más pequeños tendieron al equilibrio, mientras que en los rangos posteriores la diferencia es muy fuerte, sobre todo entre 16 y 25 años, en 1790 es 67.3 y aumenta la diferencia en 1860 con 57.1; únicamente en 1860 se tiene una ventaja para los hombres en el rango de 51 años o más superando al recuento colonial de manera considerable. Las diferencias entre hombres y mujeres en estos rangos se pueden explicar por la emigración de varones adultos y su ocultamiento ante un posible reclutamiento.

 

Migración, mortalidad, causas de muerte y analfabetismo

El Padrón de 1860 y los registros parroquiales del mismo año permitieron obtener otros datos que evidencian elementos importantes de la población de Pátzcuaro. Un elemento antes señalado fue la migración, lo que permitió identificar los asentamientos con mayor movilidad.

 

Tabla 10

Padrón de 1860: lugar de procedencia de migrantes

Lugar

Cantidad

Morelia

63

Santa Clara del Cobre

47

Quiroga

47

Zamora

35

Ario de Rosales

31

Puruándiro

29

Tzintzuntzan

29

Zacapu

21

Cotija

17

Tareta

16

Guadalajara

12

Tangancícuaro

11

Erongarícuaro

10

Uruapan

9

Chapultepec

8

 

 

 

El total de migrantes declarados en 1860 fueron 563 lo que representa 14.9% respecto del total. Llama la atención que en el registro de datos varias localidades de origen pusieron el nombre o elemento al que fue consagrada la localidad en el siglo XIX, por ejemplo, Portugal es Santa Clara, Calderón es Puruándiro, Mier es Zacapu, Progreso es Uruapan, el asentamiento de Cocupao ya había cambiado de nombre a Quiroga. Aparece una localidad Tareta que corresponde a una hacienda cercana a Pátzcuaro, pero no es la villa o pueblo de Tierra Caliente de nombre Taretan (Tabla 10). La mayoría de migrantes provenían de lugares ubicados a una distancia menor a 100 kilómetros con excepción de Zamora y Guadalajara, los cuales se pueden situar en su mayoría en la Figura 3. Los primeros lugares son ocupados por ciudades y villas de importancia y algo alejados: Morelia, Santa Clara, Zamora o Ario, mientras que algunos asentamientos eran más cercanos como Quiroga o Tzintzuntzan, así como haciendas próximas: Tareta y Chapultepec. Otros estudios han encontrado comportamientos similares, Arenas (2012, pp. 205–6) en Sombrerete, Zacatecas, estableció un patrón de migración a corta distancia entre los novios que se casaban –la mayoría pertenecían a la misma parroquia– al igual que sucedió en Namiquipa, Chihuahua, los contrayentes provenían de la misma región o de lugares ubicados a no más de 200 kilómetros (Campos, 2019, p. 197–199); en La Encarnación, Jalisco, los novios llegaban, en su mayoría, de sitios a menos de 50 kilómetros de distancia (Torres, 2017, pp. 96–98).

 

Figura 3

Padrón de 1860: Pátzcuaro y asentamientos de inmigrantes

Descripción: Imagen que contiene texto, mapa

Descripción generada automáticamente

 

La mortalidad en una sociedad de antiguo régimen es muy alta y sobre todo en los niños como se muestra en Pátzcuaro en el año 1860 con una tasa bruta de mortalidad (TBM) de 38.6 por cada 1 000 habitantes, hombres 17.7 y mujeres 20.9. Los porcentajes de fallecidos de menores de 7 días fue 0.4, menores de 28 días: 0.6 y menores de un año: 1.2.

 

Tabla 11

Padrón de 1860 y Family Search*: tasa específica de mortalidad por rangos de edad

 

Rangos edad

Total

0-4

155.7

5-9

14.2

10-14

7.5

15-19

11.8

20-24

2.7

25-30

6.0

30-34

22.8

35-39

20.6

40-44

14.6

45-49

15.7

50-54

33.8

55-59

0.0

60-64

121.2

65-69

95.2

70 o más

204.1

Total

38.6

* Parroquia de Pátzcuaro: partidas de defunciones.

 

La cifra de los más pequeños, de 0 a 4 años, evidencia la terrible mortandad que sufrían los niños, elemento propio de una sociedad de antiguo régimen demográfico. Es conocida la mayor mortandad de varones de edad pequeña, de 0 a 4 años, posteriormente la mujer tiene datos más altos desde los 5 y hasta 40 años, más adelante el hombre supera a la mujer o la iguala, con excepción de los rangos de 60 a 64 años, y 70 o más años, como se muestra en la Tabla 11. El peso mayor de la mortalidad en los más pequeños disminuye en los rangos de más edad, aunque se tienen altibajos y un fuerte aumento a partir de 60 años. La curva muestra la conocida forma de U con alta mortalidad de niños y ancianos, el rango de 55–59 años es de 0, pero mostraría la tendencia a redondear la edad a 50 o 60 años tanto en la declaración del padrón como en el acta de defunción como se verifica en la Figura 4, se tiene una pequeña elevación entre los 30 y 39 años, otro pequeño repunte entre los 50 y 54 años.

 

Figura 4

Padrón de 1860 y Family Search*: curva de mortalidad por rango de edad

 

* Parroquia de Pátzcuaro: partidas de defunciones.

 

Las principales causas de muerte, anotadas en las partidas de defunción (Tabla 12), arrojan que el primer lugar fue ocupado por disentería, afección del aparato digestivo que atacaba a los más pequeños, casi un tercio del total; en lugares secundarios, con porcentajes cercanos a 6%, se tienen fiebre, un síntoma común a varias enfermedades, hidropesía, que afectaba más a los adultos, así como “malnacido” o “malparto”, que eran niños recién nacidos y que morían al poco tiempo del alumbramiento. Con datos inferiores a 5% aparecen diferentes padecimientos, en algunos casos fueron síntomas como el dolor o inflamación, o enfermedades contagiosas como la viruela, enfermedad que seguía haciéndose presente pese a que la vacuna estaba disponible desde principios del siglo XIX.

 

Tabla 12

Padrón de 1860 y Family Search*: 10 principales causas de muerte en el año 1860, Pátzcuaro

Causa

Cantidad

%

Disentería

69

29.9

Fiebre

15

6.5

Hidropesía

14

6.1

Malnacido o malparto

14

6.1

Dolor

11

4.8

Inflamación

11

4.8

Dolor de costado

7

3.0

Ético

7

3.0

Erisipela

7

3.0

Viruela

6

2.6

* Parroquia de Pátzcuaro: partidas de defunciones.

 

Las causas de muerte en Pátzcuaro de 1860 son similares a las de los años 1828–1829, aunque en este caso la hidropesía ocupaba el primer lugar, seguido de fiebre, disentería, dolor de costado, irritación, parto y ético. En la misma ciudad, entre 1851 y 1855, las dos primeras causas fueron disentería y fiebre; en tercer lugar venía el dolor seguido de hidropesía, tos, dolor de costado, inflamación, malnacido y ético; en décimo sitio venían los remanentes de la pandemia de cólera morbus de 1850. Las principales causas de muerte de Pátzcuaro eran muy parecidas a las de Morelia entre 1844–1845 y a las de Uruapan entre 1838-1861, en años “normales” o sin epidemia  (Talavera, 2020, pp. 121–26).

El grado de analfabetismo es muy alto en pueblos, ranchos y haciendas; ya se señaló el problema que se tuvo en la ciudad para capturar e identificar tal información. En algunas localidades nadie sabía leer y escribir (Tabla 13), lo cual podría ser entendido como una muestra de la marginación y pobreza de los michoacanos, misma que se agravó con el final del régimen colonial. A partir de las reformas borbónicas se determinó que los pueblos debían tener escuelas sostenidas con sus bienes de comunidad, mientras que en el México independiente la política de secularización liberal intentó reemplazar a la Iglesia en su labor educativa, pero sin tener recursos económicos, lo que implicó la carencia de escuelas en las áreas rurales e indígenas, las de mayor pobreza en el país.

 

Tabla 13

Padrón de 1860: analfabetismo en pueblos

 

Localidad

% de analfabetismo

Santa Ana

99.0

San Bartolo

99.6

Tupátaro

99.7

Nocutzepo

98.8

Zenzenguaro

96.4

Huecorio

98.1

San Pedro Pareo

97.6

Cuanajo

99.8

Janicho

100.0

Surumutaro

100.0

Tocuaro

95.5

Ranchos y haciendas

97.6

 

Conclusiones

La población de Pátzcuaro, al igual que el resto de México, mantuvo durante siglos una lucha para sobrevivir a la alta mortalidad, sobre todo de los más pequeños. El Padrón de 1860 muestra una población joven que intentaba restituir la pérdida continua de habitantes. De manera particular, Pátzcuaro mostró una decadencia poblacional que se reflejó en la cantidad de habitantes, con cifras menores ante otras ciudades michoacanas; perdió importancia entre el último cuarto del siglo XVIII y a lo largo del XIX. La actividad mercantil con base en los productos de Tierra Caliente, la Costa y la Sierra purépecha le permitió mantener cierta importancia económica, pero con la llegada del ferrocarril comenzó a perder peso en el tráfico comercial y la manufactura de textiles.

La sociedad de Pátzcuaro reflejó en su pirámide poblacional no solamente a una población joven que intentó mantener el crecimiento ante la alta mortalidad, también la inmigración femenina y, muy posiblemente, una emigración masculina en edades productivas y reproductivas. La declaración de edad en el Padrón muestra la tendencia a manifestar cifras terminadas en 5 o 0. La inmigración provino de asentamientos ubicados en su mayoría a menos de 100 kilómetros de distancia con mayor presencia femenina en edad productiva. Las crisis de mortalidad por epidemias y pandemias alteraron la forma de la pirámide. Las crisis de mortalidad fueron una constante en México desde inicios de la época colonial y hasta inicios del siglo XX.

Los indicadores sobre la población activa evidencian lo ya señalado, una población joven, una sociedad agrícola, una rápida integración al mercado laboral y un retiro casi inexistente de los hombres. En Pátzcuaro se tuvo una temprana integración al trabajo, nula jubilación, así como la enorme participación del hombre en el campo laboral, aunque esto último quizá no refleja la participación laboral de la mujer al no mencionar actividades productivas que eran tradicionales y centenarias.

La actividad productiva muestra los cambios políticos, económicos y sociales que sufrió México entre el periodo colonial y la etapa independiente, que en el caso de Pátzcuaro se percibió en la fuerte disminución de religiosos y religiosas, en la desaparición de tributarios y en la mayor importancia otorgada a la actividad mercantil frente a la producción agrícola y textil.

Los indicadores de mortalidad muestran claramente los siguientes aspectos: a) un notable descenso de los más pequeños, sobre todo en los menores de 5 años; b) la disminución de fallecidos en los rangos de edad posteriores y c) un fuerte incremento de difuntos a partir de los 60 años que se refleja en la forma de U o herradura, propia de las sociedades agrícolas. El analfabetismo llegó a ser total en algunos pueblos, muestra de la falta de recursos y proyectos educativos, situación que empeoraba en las zonas rurales y en los pueblos indígenas. Las causas de muerte manifiestan la prevalencia de las enfermedades digestivas, síntomas en lugar de padecimientos concretos como responsable de la muerte y el difícil inicio de la vida desde el nacimiento.

 

Archivos

Archivo Histórico Municipal de Morelia (AHMM), Michoacán, México.

            Padrón de 1860, s. XIX, c. 87, e. 12.

Archivo Histórico Documental “Dr. Gerardo Sánchez Díaz” (AHD), Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Instituto de Investigaciones Históricas (IIH), Morelia, Michoacán, México.

            Resumen general de las ciudades, villas, pueblos, parroquias en la prov. de Michoacán, Conde de Revillagigedo. 1790, serie 28, 284.

Family Search (http://familysearch.org).

Parroquia de Pátzcuaro: partidas de defunciones.

 

Bibliografía

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[1] Para facilitar la lectura y ubicación de las referencias correspondientes a los censos nacionales de México en los años de 1895, 1900 y 1910, solo se señala la palabra “Censo” o “División territorial” con el año del levantamiento y la página correspondiente.

[2] Edad media: media de las edades ponderadas por la frecuencia de la población en cada grupo de edad. Edad mediana: divide exactamente la población cuyos integrantes se ordenaron en escala progresiva de la edad.

[3] Índice de envejecimiento: indicador sintético del grado de envejecimiento de la población (Livi-Bacci, 1993, pp. 88–89). En este caso se utilizó la población con 65 años o más y de 0 a 14 años.