Presentación

Gladys Lizama Silva

Universidad de Guadalajara

 

Once números de Letras Históricas publicados desde el año 2009 se dice fácil; no obstante, han significado hasta hoy la consolidación de una revista de historia y ciencias sociales que tuvo como antecedente catorce números de la revista Takwá, los primeros a cargo de los estudiantes de la Licenciatura en Historia de la Universidad de Guadalajara, y luego de profesores e investigadores de varios departamentos del Centro Universitario de Ciencias Sociales. La dirección de los volúmenes anteriores al número 12, que hoy tiene el lector en sus manos, estuvieron a cargo de Celina Becerra Jiménez como directora y a José Refugio de la Torre y Federico de la Torre como editores (cuyos apellidos los hermana en el buen trabajo que realizaron pero que nada tienen de parentesco). Estoy segura que la revista, a pesar de su corta edad –cinco años–, ha crecido y se ha afianzado en el medio como seria, rigurosa y al pendiente de la entrega de trabajos inéditos que aporten conocimiento nuevo tanto del Centro Occidente de México como de otros lugares o regiones del país y de América Latina.

A partir del presente número tomo la dirección de Letras Históricas consciente de la responsabilidad que la misión significa y requiere; agradecida con quienes han decidido que me sitúe al frente de la tarea de hacer crecer la revista, contenta porque es un reto editorial que me llevará por derroteros aún desconocidos que tendré que sortear para llevarla a un mayor robustecimiento como un medio de expresión académico del Centro Occidente de México, donde ya existen revistas de reconocido prestigio y con las cuales no deseamos competir sino igualar sus esfuerzos editoriales.

Varias son las metas a alcanzar, por lo pronto ingresar a los índices nacionales e internacionales (ya está en Latindex, Clase y hapi) que acreditarán la revista con mayoría de edad académica. Crear la página electrónica individual que, por cierto, ya está en camino y que para lograrlo son precisos dos procedimientos simultáneos: la obtención del issn electrónico y la migración a un gestor electrónico, el Open Journal System. Para llegar a buen puerto contamos con el apoyo del Departamento de Historia y la División de Estudios Históricos y Humanos; en el aspecto técnico contamos con el soporte: de las Secretarías Académica y Administrativa, de la Editorial del cucsh y del Mtro. Ramón Willman Zamora, encargado de Proyectos Especiales de la Coordinación de Investigación y Posgrado de la Universidad de Guadalajara, de la diseñadora Verónica Segovia, de la correctora de estilo María Palomar Verea y, por supuesto, del editor Sergio Valerio Ulloa y el secretario técnico Miguel Isais Contreras.

La construcción de la página web es una exigencia impostergable. La visibilidad de la revista crecerá sin duda; eso es lo que buscamos. No abandonaremos la versión impresa; sin embargo, ésta no es suficiente para la difusión del conocimiento que la revista entrega semestralmente. Por ello, en el futuro invitaremos al lector a visitar nuestra página. Por el momento, tenemos los once números anteriores en el portal del Centro Universitario de Ciencias Sociales de la Universidad de Guadalajara a la disposición del público de internet.

El número doce de Letras Históricas mantiene la misma estructura que los anteriores, esto es, las secciones tituladas “Entramados”, “Testimonios” y “Lecturas de lo ajeno”. En la primera presentamos al lector ocho artículos que muestran resultados de investigación relativos a muy diversos temas del mundo colonial, de la era republicana, del universo indígena de México y de miradas históricas sobre aspectos específicos de dos países latinoamericanos, Chile y Colombia.

El vino de coco y el vino mezcal durante la época colonial son el objeto de estudio de René de León Meza. Su originalidad radica, entre otros rasgos, en que proporciona una visión nueva del origen del vino mezcal. Betania Rodríguez Pérez pone al alcance del lector y narra en detalle cuál fue la función real de la cárcel en el periodo virreinal tardío (1780-1820), donde se advierte una distancia entre la normatividad vigente y la cruda realidad de los recintos de reclusión. El artículo de Rodolfo Ramírez Rodríguez da cuenta, una vez más, de que la narrativa de viajeros extranjeros es una fuente inagotable para captar la memoria histórica pasada; en este caso el autor examina lo que ellos vieron del mundo indígena entre 1824 y 1867. Miriam Hernández Reyna reflexiona sobre un asunto central en la historia reciente de la identidad indígena, a saber, cómo el indigenismo, el zapatismo y el multiculturalismo sostienen la tesis de la “continuidad transhistórica” entre pasado y presente del mundo indígena en México, y cómo la categoría de memoria ha sido recogida y aplicada en diversos textos que indagan en ese pasado indígena ancestral en la historia del país. Dije líneas arriba que los relatos de viajeros son fuentes de mucha riqueza para conocer la historia pasada. Lo mismo se puede aseverar de los periódicos publicados en el ámbito local, estatal y nacional. Es así que el Diario de Culiacán sirve a Sergio Sánchez Parra y Antonio de Jesús Uzeta para mostrar cómo fue vista la violencia, principalmente en Sinaloa, entre 1970 y 1976, momento en que grupos de la sociedad se enfrentaron al Estado mexicano por la vía armada. También Érika Vázquez Flores tiene como fuente de análisis los periódicos; en su caso, con base en Tiempo y El Cuarto Poder historia comparativamente el discurso sobre el indígena en Chiapas entre 1988 y 1994.

El mundo poético popular en Santiago de Chile en un decenio trascendental de la historia del país sudamericano, 1890-1900, es el objeto de estudio de Josefina Araos Bralic; el concepto bourdiano de “campo” sirve a la autora para revisar la producción de poetas populares, aquellos que no fueron publicados en editoriales de renombre sino en la “Lira Popular”, que constituyó en sí misma una “comunidad de escritura” y un espacio de crítica de los acontecimientos políticos que se vivieron en dicha etapa. Finalmente, Marley Cruz Fajardo escudriña la obra artística de Doris Salcedo (nacida en Bogotá en 1958) y Beatriz González (nacida en Bucaramanga en 1938), quienes en sus respectivos campos representan la violencia, las masacres y la alteración de la vida producto de la guerra en la historia reciente de Colombia.

En la sección “Testimonios”, María del Carmen Rivas Celis e Hirineo Martínez Barragán dan a conocer la importante obra del geógrafo y cartógrafo decimonónico José María Narváez y Gervete, autor, ni más ni menos, que del primer mapa de Jalisco. En “Lecturas de lo ajeno” se entregan las reseñas escritas por Sergio Salgado Pabón y Oziel Talavera Ibarra sobre dos libros, relativos, el primero, al pensamiento colombiano del siglo xx y a la migración a corta distancia en la población de la parroquia de Sombrerete, el segundo.

Por último, sólo agregaría que es profundamente grata la labor que hoy emprendo; agradeceré a los lectores nos hagan llegar sus comentarios críticos y las sugerencias que crean pertinentes para mejorar nuestra revista al correo letrashistoricas@csh.udg.mx.