El perfil demográfico y social de
Pátzcuaro, Michoacán, 1860
The
demographic and social profile of Pátzcuaro, Michoacán, 1860
Oziel Ulises Talavera Ibarra
Universidad Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo
Avenida Lázaro Cárdenas 921, col.
Revolución, Uruapan, C.P. 60153. Michoacán, México
ORCID: 0000-0002-0262-4445
Fecha de recepción: 16 de julio
del 2021
Fecha de aceptación: 12 de enero
del 2022
DOI: https://doi.org/10.31836/lh.25.7276
Resumen: Este artículo estudia la
estructura poblacional de Pátzcuaro, Michoacán, a partir de un padrón civil del
año 1860 y de las partidas de defunción del registro parroquial. Este padrón contiene
registros de edad, elemento poco común en este tipo de censos en el siglo XIX.
Al construir una pirámide poblacional por grupos de edad y sexo, la
identificación de los años de vida permite tener información sobre la
estructura social, pues evidencia, en este caso, una población joven y la
integración al trabajo a temprana edad, así como un retiro nulo de la actividad
laboral. Las fuentes estudiadas aquí permiten también identificar fenómenos migratorios
y una fuerte mortalidad infantil, así como el efecto que la crisis de
mortalidad tuvo en la población.
Palabras
clave: pirámide
poblacional, índice de Whipple, Pátzcuaro, registro parroquial, padrón civil,
siglo XIX.
Abstract: This article studies the
population structure of Pátzcuaro, Michoacán, using a civil census of the year
1860 and the death certificates of the parish registry. This census provides
age records, an uncommon item in this type of census in the nineteenth century.
By projecting an age and sex group population pyramid, the identification of
life spans provided insights into the social structure, as it revealed, in this
case, a young population and work integration at an early age, as well as null work
retirement. The sources studied here also make it possible to identify
migratory phenomena and high infant mortality, as well as the effect of mortality
crisis on the population.
Key
Words: population pyramid,
Whipple index, Pátzcuaro, parochial register, civil census, 19th century.
Introducción
La historia demográfica mexicana aún se encuentra en
proceso de construcción. Los periodos y espacios por estudiar son todavía inmensos
pese a la suma de trabajos en años recientes. Una de las limitantes para los
estudios demográficos es la calidad y cantidad variables de fuentes. Los
estudios de la historia demográfica consideran que el periodo estadístico en
México comenzó en 1895 con el primer censo nacional. para las etapas anteriores
se cuenta, de manera fundamental, con los registros parroquiales de la Iglesia
católica, en particular las estadísticas vitales –bautizos, matrimonios y
defunciones– además de conteos y estimaciones de población en ciertos
años y en determinadas localidades. La Corona española tuvo algunos proyectos para
enumerar la población de todo el virreinato a fines del siglo XVIII, pero con
un éxito limitado. La Iglesia comenzó a perder el control del registro de la
población en la segunda mitad del siglo XIX, a partir de las Leyes de Reforma y
el dominio de los liberales; paulatinamente fue sustituida en tales funciones
por el Registro Civil, institución que registró a la gran mayoría de la
población hasta el porfiriato.
La historia demográfica permite conocer aspectos
fundamentales de la sociedad mexicana como su estructura a través de estudios
locales y regionales, como el que el presente trabajo ha conducido en una importante
población michoacana durante el periodo colonial y el México independiente:
Pátzcuaro. El padrón de Pátzcuaro del año 1860, levantado por los encargados
del Registro Civil, contiene datos importantes como la edad, el oficio y lugar
de procedencia de los habitantes –en adelante “Padrón de 1860”–. El
documento tiene apartados para la ciudad, pueblos de indígenas y ranchos en su
zona de influencia, de tal manera que permite conocer la estructura por edad de
la población, la proporción por sexo, la ocupación laboral o la migración, y
posibilita, además, calcular elementos de mortalidad al cruzar la información
con las actas de defunción del año en cuestión. También se trabajó otra fuente
demográfica, un resumen de población y ocupación del año 1790 –en
adelante “Resumen de 1790”– que permitió hacer comparaciones de algunos
elementos de la estructura por edad o las ocupaciones.
Pátzcuaro es muestra de una sociedad de antiguo
régimen demográfico con alta natalidad, alta mortalidad y una población joven
en lucha por la supervivencia de la colectividad. Un asentamiento con emigración
masculina e inmigración femenina en edades productivas. Esta ciudad estaba en
proceso de decadencia ante otras ciudades michoacanas, como Zamora o Uruapan,
que tuvieron un crecimiento demográfico durante el último tercio del siglo XIX
e inicios del XX.
El espacio: la ciudad de Pátzcuaro
Los orígenes del asentamiento se remontan a la época
prehispánica: fue una de las tres capitales del antiguo imperio purépecha,
junto con Ihuatzio y Tzintzuntzan en el siglo XV. A inicios de la época
colonial, al ser nombrado Vasco de Quiroga obispo de Michoacán, se trasladó la
sede del obispado de Tzintzuntzan a Pátzcuaro y, con ello, el título de Ciudad
de Michoacán. Tal movimiento implicó el cambio de una fuerte cantidad de población
indígena. Posteriormente, en 1580, se movió la silla episcopal a Valladolid,
hoy Morelia, dando inicio a un conflicto entre las dos ciudades por ser la
capital política y administrativa de la provincia. En 1776, Valladolid fue
erigida como capital durante el establecimiento del sistema de intendencias en
la Nueva España, lo que supuso una decadencia económica, política y social para
Pátzcuaro, ya que pasó a ser la segunda ciudad de Michoacán en las postrimerías
de la época colonial y buena parte del siglo XIX. El asentamiento está
vinculado con el gran lago que lleva el mismo nombre y que está en proceso de extinción.
En el siglo XIX, se tienen algunas descripciones del
lugar. Precisamente en el año del Padrón, Romero (1972, pp. 38, 72) describió
los actuales estados de Michoacán y Guanajuato. En particular sobre Pátzcuaro, señaló
que tenía más de 100 calles y callejones, con una plaza de 180 varas de cada
costado, muy decente su portalería, gran número de casas de dos pisos y una
elegantísima fuente que surtía de agua al vecindario. En el orden político,
siempre había sido la segunda ciudad del estado por su antigüedad, recuerdos e
ilustración, capital de prefectura; tuvo ayuntamiento desde la época de su
fundación, tenía juzgado de letras y administración de alcabalas y correos. En
el orden comercial, era el centro de grandes negocios y depósito de productos
de la sierra tarasca y de la tierra caliente, además de celebrar tianguis cada viernes.
Entre sus actividades principales estaban la agricultura, las fábricas de
aguardientes, el tráfico del cobre labrado, la arriería, la pesca, algunos
tejidos ordinarios de algodón y el comercio al menudeo. El mismo escrito señala
que el distrito de Pátzcuaro tenía 13 500 habitantes, incluyendo a Huiramba y
varios pueblos, al restar las personas de estas últimas localidades se tendría
una cifra aproximada de 10 015 habitantes en la ciudad –muy superior al
dato del Padrón que se estudia en el presente texto y respecto de otras cifras de
población que se mencionan más adelante.
Pátzcuaro continuó siendo un punto importante durante
el porfiriato por el tráfico comercial de productos de Tierra Caliente y la Costa
michoacana. El ferrocarril llegó en 1886, lo que significó la llegada de gran
cantidad de mercancías de otras partes del país y del extranjero. Esto tuvo repercusiones
negativas en los artesanos del lugar, sobre todo los que manufacturaban
textiles, quienes tuvieron que cambiar de actividad o emigraron. El ferrocarril
se extendió hasta la ciudad de Uruapan y comenzó un descenso en las actividades
económicas y comerciales en el asentamiento lacustre. Durante el porfiriato, las
actividades económicas eran muy similares a las señaladas por Romero (1972):
agricultura, fabricación de aguardiente, distribución de algodón, arriería,
pesca, tráfico de cobre labrado y ebanistería, todo ello con un comercio bien
establecido. Había gran cantidad de artes y oficios, siendo notables los
tejidos de hilo y lana en sarapes, rebozos y mantas hechas en telares de mano,
zapatería, sastrería, sombrerería, herrería, platería y carpintería (Cortés,
2010, pp. 218, 220–21). La ciudad desde mediados del siglo XIX y hasta principios
del XX comenzó a mostrar una decadencia, pues de ser la segunda ciudad más
poblada de Michoacán descendió al noveno lugar en 1910 (Censo 1910, p. 46).[1]
Tabla 1
Datos históricos de población en Pátzcuaro
Año |
Población |
Hombres |
% |
Mujeres |
% |
Proporción hombre/mujer |
|
Resumen |
1790 |
4 408 |
1 950 |
44.2 |
2 458 |
55.8 |
79.3 |
Martínez de
Lejarza |
1821 |
5 129 |
2 037 |
39.7 |
3 092 |
60.3 |
65.9 |
Padrón |
1860 |
3 783 |
1 626 |
43.0 |
2 157 |
57.0 |
75.4 |
Pérez |
1872 |
6 036 |
|
||||
Toussaint |
1882 |
7 511 |
|
||||
Cortés |
1895 |
7 316 |
|
||||
Censo 1895 |
1895 |
7 584 |
3 432 |
45.3 |
4 152 |
54.7 |
82.7 |
Censo 1900 |
1900 |
7 621 |
3 463 |
45.4 |
4 158 |
54.6 |
83.3 |
Censo 1910 |
1910 |
6 875 |
2 954 |
43.0 |
3 921 |
57.0 |
75.3 |
Fuente: Censo 1895 (1899, p. 8);
Cortés (2010, p. 217); División territorial 1900 (1905, p. 35); División
territorial 1910 (1917, p. 68); Martínez de Lejarza (1974, pp. 115–20);
Padrón de 1860; Pérez (1872, p. 80); Resumen de 1790; Toussaint (1942, p. 98).
Revisando los
diferentes datos de población, con excepción de los presentados por Romero
(1972), se tienen algunas cifras contradictorias (Tabla 1): un aumento
poblacional entre los años 1790 y 1821, pese que a lo largo del periodo
ocurrieron varias epidemias en 1794–1796, 1798 y 1814–1815
(Talavera, 2018, p. 137), además de 11 años de lucha insurgente. Durante este
conflicto, Pátzcuaro fue escenario de batallas y enfrentamientos, y con ello,
un alto número de muertes y una marcada emigración de sus habitantes. El dato
de Martínez de Lejarza (1974) habría que tomarlo con cuidado, pues al parecer
fue enviado por autoridades locales que dieron cifras más elevadas respecto de
las reales. Para el año de 1860, hay un descenso en el número de habitantes y
posiblemente exista un subregistro en el Padrón, en particular de los hombres,
lo que se discute más adelante. Al
comparar este dato con las cifras de los años 1872 y 1882 se tendría un
crecimiento poblacional muy alto: la cifra de 1872 se obtuvo de manera
proporcional respecto de la población del distrito. En el año de 1895, se
tienen dos cifras: la de los habitantes de la ciudad fue calculada con base a
los datos del censo de 1900, así como la proporción por sexo. Los datos de 1900
y 1910 muestran un decrecimiento, en tanto que otras ciudades michoacanas aumentaban
sus pobladores.
La Tasa de Crecimiento Exponencial de la población (Livi-Bacci,
1993, pp. 35–38) fue calculada con base logarítmica y arroja datos muy
altos en algunos años: entre 1860 y 1872 llegó a ser de 3.894%; un poco menor,
aunque todavía una cifra alta, fue entre 1872 y 1882 con 2.186%. Es posible que
en el primer periodo Pátzcuaro se hubiera convertido en sitio de acogida para
familias que huían de la violencia derivada de la Intervención Francesa; en
este conflicto, Michoacán fue escenario de los enfrentamientos entre liberales
y conservadores, estos últimos apoyados con tropas extranjeras. En el segundo
periodo se puede especular que se dio un proceso de retorno de los migrantes a
sus lugares generando un descenso poblacional.
Un elemento constante en las cifras de población de
Pátzcuaro fue el predominio femenino (Tabla 1), aunque hubo algunas
variaciones: el dato de 1821, el más bajo, mostró los efectos negativos de la
guerra, sobre la población masculina. En los demás años los datos se ubican en
un rango entre 75.3% y 83.3%, por debajo del resto del país. La tendencia al
dominio femenino patzcuareño es muy notable respecto de Michoacán y México,
como se aprecia en la Tabla 2. Tomando en cuenta los datos censales de 1895,
1900 y 1910, la relación entre sexos nacional y estatal varió entre 97.3% y
99.9% de hombres.
Tabla 2
Población total y proporción por
sexo en Michoacán y México
Lugar y año |
Hombres |
Mujeres |
Población |
Relación entre sexos |
Michoacán 1895 |
443 318 |
443 690 |
887 008 |
99.9 |
México 1895 |
6 190 311 |
6 301 262 |
12 491 573 |
98.2 |
Michoacán 1900 |
466 979 |
468 870 |
935 849 |
99.6 |
México 1900 |
6 716 007 |
6 829 455 |
13 545 462 |
98.3 |
Michoacán 1910 |
489 073 |
502 807 |
991 880 |
97.3 |
México 1910 |
7 504 471 |
7 655 898 |
15 160 369 |
98.0 |
Fuente: Censo 1895
(1899, p. 6); Censo 1910 (1920 pp. 5, 11).
La
fuente
La historia demográfica, en términos de su análisis
y métodos aplicables, depende de la calidad de las fuentes utilizadas, así como
su cobertura, detalles y relevancia de los resultados obtenidos (Livi-Bacci,
1993, pp. 15–16). Fundamentalmente, las fuentes demográficas en México,
de los siglos XVI y XIX, provienen de los registros parroquiales, puesto que
este periodo constituye la era preestadística o protoestadística que termina en
el año 1895 con el levantamiento del primer censo nacional. Las fuentes del
periodo preestadístico mexicano tienen una calidad variable. La Iglesia no
tenía una administración unificada; los curas tomaban decisiones sobre la forma
de anotar en los libros, generando diferencias entre parroquias en términos de
su detalle y su calidad. De manera general se establece que, en México, los
registros son escasos en el siglo XVI, mejoran en los siglos XVII y XVIII,
durante la insurgencia se interrumpe su secuencia, mientras que en el México
independiente reanudan su continuidad hasta las Guerras de Reforma y durante la
Intervención Francesa (Cook y Borah, 1998, pp. 19–21, 31–33, 65–67,
80–82). A partir de 1859, los registros parroquiales tienen fuertes
modificaciones debido a que los gobiernos de los estados hicieron obligatorio
la anotación de bautizos, matrimonios y difuntos en el Registro Civil, aunque
parte de la población no cumplió con tal medida. En varias localidades los
libros del Civil han desaparecido o fueron quemados en las diversas revueltas
que sufrió el país. A partir del porfiriato se tendría una secuencia de datos,
interrumpida durante la Revolución Mexicana. Los registros parroquiales y
civiles tienen como problema fundamental el subregistro de defunciones, sobre
todo de párvulos. Las fuentes de error más graves conciernen a los entierros
(Morin, 1972, pp. 396–97).
Morin (1972, pp. 413–14) señala que los censos
parroquiales son complementarios a los registros parroquiales, puesto que
posibilitan conocer la estructura por edad, sexo y estado civil (todo ello a
través de una pirámide de edad), además de identificar las lagunas y
distorsiones por mortalidades y migraciones anormales, la frecuencia de
celibato con los solteros de 50 años o más, lo que constituye un buen indicador
de la nupcialidad general y la capacidad reproductiva de una sociedad, además
de la viudez según la edad y el sexo.
El “Padrón de 1860” se localiza en el Archivo
Histórico Municipal de Morelia (AHMM),
el título señala que fue depurado y enviado a la Jefatura de Prefectura en
Morelia, por el Registro Civil de la Municipalidad de Pátzcuaro. Al igual que
otros padrones y censos, es susceptible de mostrar un subregistro de la
población, de acuerdo con el fin con que fue levantado. Por ejemplo, los
eclesiásticos contenían a las personas que habían cumplido con la confesión y
comunión antes de la Cuaresma, y posiblemente no registraban a toda la
población; algunos padrones civiles tenían objetivos militares, por lo cual los
hombres evitaban ser anotados. Como se explica más adelante, el padrón que aquí
se estudia contiene un subregistro de varones, aunque desconocemos los fines
que perseguía el levantamiento de esta información. Para ese periodo se tienen
pocos documentos que nos permitan conocer la estructura de la sociedad en una
localidad ya sea para México o Michoacán.
El documento no contiene información sobre los
motivos de su levantamiento, ni de la autoridad que dispuso su ejecución. Es un
listado en el que se registró a los habitantes por los apellidos paterno y
materno, y nombre de cada persona, y debido a esta secuencia no se puede
identificar la estructura de los hogares. Por otra parte, contiene un dato muy
importante y raro para el periodo que es la edad, así como sexo, estado civil,
oficio, lugar de nacimiento y si sabían leer y escribir. La información fue
escrita en hojas que delimitan las columnas, pero no las filas, esto implicó
que no se pudiera hacer un seguimiento del alfabetismo, pues una vez que se
asentó si una persona sabía leer o no, se continuaban con comillas para repetir
la información anterior, pero se perdió la secuencia por parte del escribano.
Fue evidente que no correspondía la información con las personas, por ejemplo,
aparecen niños menores de cinco años que sabían leer y escribir.
El Padrón contiene en hojas aparte los pueblos que
incluían la municipalidad: Santa Ana (Chapitiro), San Bartolo (San Bartolo
Pareo), Tupátaro, Nocutzepo, Zenzenguaro (Tzentzénguaro), Huecorio, San Pedro
Pareo, Cuanajo, Janicho (Janitzio), Surumutaro (Tzurumútaro) y Tocuaro, en otro
apartado se encuentran los habitantes de ranchos y haciendas: Del Zapote,
Cacana, La Presa, Zacapangamuco, Zitumero, Canacuicho, Chapultepec y Buena
Vista, Charahuén, Molino de Vicentelo, Ibarra, San José, La Tareta y Aranjuez.
Los pueblos y explotaciones agropecuarios se ubican en el sur del lago, con
pocos poblados rivereños y tan solo una isla: Janitzio (Figura 1). Los pueblos
de Tupátaro y Cuanajo están algo alejados del resto, al oriente, entre 13 y 16 kilómetros
de distancia de Pátzcuaro. En los pueblos, ranchos y haciendas fue posible
identificar las pocas personas que sabían leer y escribir.
Figura 1
Pátzcuaro y pueblos de su
jurisdicción
La otra fuente que se usó para hacer algunas
comparaciones fue “Resumen de 1790”, un compendio de datos de población de la
intendencia que está microfilmado en el Archivo Histórico Documental “Dr. Gerardo
Sánchez Díaz” (AHD), de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
(UMSNH), Instituto de Investigaciones Históricas (IIH): “Resumen general de las
ciudades, villas, pueblos, parroquias en la prov. de Michoacán, Conde de
Revillagigedo. 1790”. El Resumen formó parte del conocido Censo del conde de
Revillagigedo, una fuente civil que intentó dar cuenta de forma precisa de las
principales características de los habitantes de la Nueva España. Para el caso
de la provincia de Michoacán, separa a la población por grupos de edad, aunque
se sobreponen los rangos; también contiene información sobre la calidad racial
y ocupación, lo que permite hacer comparaciones con el levantamiento del año
1860.
Finalmente, se capturó la información del libro de
defunciones del Archivo Parroquial de Pátzcuaro, a través del sitio de Family
Search, en particular su usaron los datos del año bajo estudio que no tiene
problemas de subregistro de párvulos e incluye la edad de fallecimiento en
94.8% de las partidas de defunción; de igual manera se cuenta con las causas de
fallecimiento. Los párvulos fallecidos en ese año constituyeron 52.8% del
total, una cifra fiable, puesto que empíricamente se considera que, de manera
normal en años sin epidemias, la mitad de los difuntos corresponden a párvulos.
Pirámide de edades del padrón
Los fenómenos demográficos son dependientes de la
estructura por edad. La tasa de mortalidad, por ejemplo, no solo depende del
nivel de salud individual y del grado de desarrollo sanitario de un país, sino
también de la edad, de la capacidad de reproducción con una población joven,
así como de otros fenómenos tales como la oferta de trabajo. La estructura por
edad está determinada por la historia pasada de su natalidad y mortalidad,
además de las migraciones. Los flujos de nacimientos y defunciones representan
los procesos de renovación y extinción de la sociedad (Livi-Bacci, 1993, pp. 79–81).
La estructura social de Pátzcuaro, como se explica más adelante, corresponde a
una población histórica con alta mortalidad y natalidad, con una fuerte
proporción de jóvenes, y un rápido descenso de la población al pasar a edades
maduras y ancianas; el crecimiento poblacional es lento, pues la alta natalidad
apenas supera la alta mortalidad.
La pirámide de edad puede tener asimetrías que dan
cuenta de diversos sucesos como la desigualdad de nacimientos de niños, nacen
más varones que mujeres, pero se equilibra la proporción pues existe una
sobremortalidad masculina. Otro elemento es la migración que por lo regular se aduce
a la llegada de hombres jóvenes (Pressat, 2000, pp. 278–79). En el caso
de las ciudades mexicanas durante la Colonia y siglo XIX, se evidencia una
fuerte inmigración femenina (Rabell, 2008, p. 72). Tal es el caso de Pátzcuaro
que se discute más adelante. Otros fenómenos que pueden alterar la simetría en
los grupos de edad son las crisis de mortalidad y las guerras (Livi-Bacci,
1993, p. 81). También habría que agregar el subregistro masculino en jóvenes y
adultos que históricamente evitaban el servicio de las armas.
Un primer elemento que se midió en el padrón, en
términos de la confianza de los datos registrados, fue el índice de Whipple
para 5 y 10 años (Pimienta y Vera, 1999, pp. 6–7), aplicado en las
diferentes localidades (Tabla 3). En él se hace evidente la tendencia a
declarar la edad en cifras que terminan en los números 5 y 0, con excepción de
Tupátaro y Cuanajo con datos inferiores a 100, lo que indica repulsión a las
edades terminadas en 5 y 0 (Horjales, Koolhaas y Nathan, 2012, p. 2), con un
grado menor de desviación se tiene a Huecorio. Se establece que un índice de
100 señala una nula atracción por el 5 y 0, en tanto que 500 implica que todas
las edades terminan en estos dígitos (Tapinos, 1988, p. 37).
Tabla 3
Padrón de 1860: índice de Whipple, edad media, edad
mediana e índice de envejecimiento
Índice Whipple |
Edad media |
Edad mediana |
Índice de envejecimiento |
|
Pátzcuaro |
221.6 |
23.0 |
20.6 |
4.9 |
Santa Ana |
331.3 |
24.6 |
19.1 |
4.8 |
San Bartolo |
291.7 |
21.3 |
18.6 |
8.8 |
Tupátaro |
65.9 |
22.5 |
20.6 |
0.0 |
Nocutzepo |
475.0 |
26.4 |
26.3 |
7.5 |
Zenzenguaro |
370.0 |
21.5 |
19.9 |
2.1 |
Huecorio |
131.9 |
28.0 |
26.7 |
6.3 |
San Pedro Pareo |
247.8 |
21.9 |
17.0 |
2.9 |
Cuanajo |
69.5 |
25.9 |
25.2 |
4.5 |
Janicho |
273.1 |
26.1 |
25.4 |
20.4 |
Surumutaro |
172.6 |
20.5 |
13.5 |
1.2 |
Tocuaro |
184.6 |
25.0 |
21.4 |
6.5 |
Ranchos |
213.1 |
22.4 |
20.2 |
2.9 |
Pátzcuaro en ese año se puede identificar como una
ciudad mestiza con poca población indígena, al contrario de los pueblos que
mantuvieron su identidad purépecha. La población de ranchos y haciendas
tuvieron un proceso de mestizaje en la época colonial. Los indígenas que
llegaban a trabajar perdían su identidad no conservaban la estructura de
responsabilidades comunitarias y devocionales. El total de población del padrón
fue de 7 839 distribuidos de la siguiente forma: 48.2% en Pátzcuaro, 42.8% en
los pueblos y 9.0% en ranchos y haciendas. El cálculo, análisis y discusión de
datos se hizo en su mayoría para la ciudad de Pátzcuaro, y aunque el índice de
Whipple fue alto, se considera que los datos fueron próximos a los reales y que
se tenía una noción de la edad; también se calculó la edad media y la edad
mediana,[2] esta última, aunque es más variable que la media,
acusa menos las particularidades estructurales propias de cada población (Livi-Bacci,
1993, pp. 85, 88).
La edad media y la edad mediana muestran una
población joven con poca cantidad de personas pasaban los 65 años. La misma
tendencia se verifica con el índice de envejecimiento[3] con excepción de Janitzio. En algunos asentamientos
la población vieja era sumamente baja o incluso llegó al 0 en el caso de
Tupátaro.
Figura 2
Padrón de 1860: pirámide poblacional de Pátzcuaro
La pirámide por edades de Pátzcuaro, expresada en
porcentaje por sexo, muestra en el
primer rango una ligera ventaja para las mujeres, pues normalmente se tiene una
mayor cantidad de nacimientos de varones, los cuales disminuyen paulatinamente
por su mayor mortalidad. Las mujeres aumentan en los rangos entre 15 y 30 años,
cerca del doble respecto de los hombres. La proporción entre sexos reflejó una presencia
mayor de mujeres en edades jóvenes y maduras. El lugar de procedencia en el
padrón muestra una migración de mujeres en edad productiva; del total de
foráneos, 40.5% fueron hombres y 59.5% mujeres, estas últimas provenían de
lugares cercanos como Morelia, Santa Clara, Quiroga, Zamora o Ario de Rosales. Es
posible que hubiera una emigración masculina en los rangos de edad productiva
que alteró la forma de la pirámide, aunque también se puede considerar un
ocultamiento para evitar un alistamiento con fines militares lo que daría
cuenta del subregistro ya mencionado (Herrera, 2014, p. 98). Estos datos se
pueden comparar con otras investigaciones, en San Juan de los Lagos, en 1824,
se encontró un índice de masculinidad bajo en los grupos de edad de 15 a 44
años, siendo más notorio entre los 20 y 29 años, con cifras de 62% o 71%, lo
que se pudo deber a la migración de hombres en edad productiva en búsqueda de
trabajo en las ciudades. La pirámide poblacional de San Juan de los Lagos
mostró que el rango por edad de 0 a 4 no fue el más numeroso, tan solo
constituyó 8.8% de la población, el rango mayor fue entre los 5 y 9 años con
14.2%, a diferencia de la pirámide de Pátzcuaro. En el asentamiento alteño predominan
las mujeres a partir de los 15 años, no solamente por la migración masculina sino
también por la muerte de hombres en la guerra de Independencia (Becerra, 2015, pp.
94–100).
La migración por rango de edad en Pátzcuaro muestra las
diferencias por sexo, de los migrantes con edad entre los 15 y 24 años, 7.5%
fueron hombres, en tanto que las mujeres aumentan al doble con 15.8%; entre los
30 y 34 años la situación cambia a favor de los hombres con 5.9% y las féminas
con 4.1%.
Tabla 4
Padrón de 1860: rangos por edad en Pátzcuaro
Rangos edad |
Cantidad |
% |
Hombres |
% |
Mujeres |
% |
0-4 |
533 |
14.1 |
259 |
6.9 |
274 |
7.2 |
5-9 |
492 |
13.0 |
240 |
6.3 |
252 |
6.7 |
10-14 |
400 |
10.6 |
186 |
4.9 |
214 |
5.7 |
15-19 |
422 |
11.2 |
138 |
3.6 |
284 |
7.5 |
20-24 |
375 |
9.9 |
136 |
3.6 |
239 |
6.3 |
25-30 |
335 |
8.9 |
112 |
3.0 |
223 |
5.9 |
30-34 |
307 |
8.1 |
145 |
3.8 |
162 |
4.3 |
35-39 |
194 |
5.1 |
82 |
2.2 |
112 |
3.0 |
40-44 |
206 |
5.4 |
76 |
2.0 |
130 |
3.4 |
45-49 |
127 |
3.4 |
58 |
1.5 |
69 |
1.8 |
50-54 |
148 |
3.9 |
66 |
1.7 |
82 |
2.2 |
55-59 |
73 |
1.9 |
31 |
0.8 |
42 |
1.1 |
60-64 |
99 |
2.6 |
54 |
1.4 |
45 |
1.2 |
65-69 |
21 |
0.6 |
13 |
0.3 |
8 |
0.2 |
70 o más |
49 |
1.3 |
29 |
0.8 |
20 |
0.5 |
Tabla 5
Padrón de 1860: rangos por edad de 0 a 9 años en
Pátzcuaro, pueblos y ranchos
|
Pátzcuaro |
Pueblos
de indios |
Ranchos
y haciendas |
|||
Rango edad |
Cantidad |
% |
Cantidad |
% |
Cantidad |
% |
Menor a 1 |
72 |
7.0 |
87 |
9.5 |
4 |
1.7 |
1 |
148 |
14.4 |
66 |
7.2 |
25 |
10.9 |
2 |
117 |
11.4 |
84 |
9.1 |
25 |
10.9 |
3 |
90 |
8.8 |
88 |
9.6 |
36 |
15.7 |
4 |
107 |
10.4 |
90 |
9.8 |
28 |
12.2 |
5 |
116 |
11.3 |
73 |
7.9 |
26 |
11.3 |
6 |
95 |
9.3 |
128 |
13.9 |
32 |
13.9 |
7 |
97 |
9.5 |
97 |
10.5 |
19 |
8.3 |
8 |
112 |
10.9 |
129 |
14.0 |
22 |
9.6 |
9 |
71 |
6.9 |
78 |
8.5 |
13 |
5.7 |
Suma |
1 025 |
100 |
920 |
100 |
230 |
100 |
El primer rango de edad en Pátzcuaro debió tener una
base más amplia, pero se redujo por las crisis de mortalidad en los años 1856 y
1857, por viruela en el primer año y tifo en el último, que hicieron mella
entre los niños de 0 a 9 años, como se verifica en la Tabla 4. En los años
anteriores, hubo varias crisis de mortalidad de dimensión menor, como en los
años 1847 y 1848 (Talavera, 2018, p. 138), aunque afectó más a los párvulos,
59.2% y 50.9% del total de fallecidos respectivamente. Otra crisis fue la
pandemia de cólera de 1850 que impactó más a los rangos de 30–34, 40–44
y 60–64 años; tal situación se debió reflejar en los rangos de 45–49
y 55–59 años en el Padrón de 1860, pero no corresponden exactamente a la
afectación en los rangos de edad.
Una característica de las sociedades agrícolas era
la gran proporción de niños en el grupo de 0 a 9 años. Pátzcuaro tuvo 27.1%,
muy cercano al dato de los pueblos con 27.4%, pero fue mayor en ranchos y
haciendas con 32.7%. Al obtener los datos por año en esta subpoblación se
tienen datos contrastantes (Tabla 5), en el caso de niños menores de un año,
los pueblos tienen un dato mayor con 9.5%, Pátzcuaro con 7.0% y los ranchos con
1.7% lo que mostraría el efecto de las epidemias ya señaladas, así como un subregistro
de los más pequeños que es mayor en ranchos y haciendas. Los grupos de edad
muestran comportamientos diferentes; en los pueblos de indios están mejor
distribuidos los grupos, con tendencia a aumentar de 6 años para arriba.
Pátzcuaro tiene cifras mayores entre 1 y 5 años, en tanto que ranchos y
haciendas muestran un comportamiento similar al de una curva de distribución
normal con cúspide en los 3 años.
El perfil ocupacional, edad y sexo en el Padrón de
1860 y el Resumen de 1790
En el Padrón de 1860 se obtuvo el índice demográfico
de dependencia o de población activa, que mide las personas que no son
autónomas por razones de edad (ancianos y muy jóvenes). En el caso de Pátzcuaro
hay que considerar lo establecido por Livi-Bacci (1993, 89), los límites de
edad son preestablecidos y cambian en los países agrícolas en donde se empieza
a trabajar desde niño y se termina en una vejez muy avanzada. En el caso de la
ciudad de Oaxaca, Rabell (2008, p.
146) establece una edad de 58 años o más para la vejez: 6% de la población. En
Pátzcuaro, 4.5% de la población tenía 60 años o más; por lo regular se utiliza tal
parámetro para medir la población anciana, bajo este supuesto, el índice
demográfico de dependencia fue de 65.4, aunque las limitantes de edad son
diferentes, tanto en la integración como en el término de la actividad, las
diferencias son más marcadas por sexo.
Al considerar los grupos por edad se tiene una
integración temprana al trabajo y un retiro casi inexistente (Tabla 6), pues los
hombres trabajaban “profesionalmente” hasta que fallecían. Al tomar en cuenta a
la población masculina, 22% de niños trabajan en el grupo de 10 a 14 años, a
partir de ahí aumenta notablemente, de manera que en los últimos rangos llegan
a ser entre 85 a 90% de personas que seguían trabajando. Es notorio la
participación mayor de los hombres con 91.7% y el resto para las mujeres; tal
proporción se debe a que no tomaran en cuenta oficios tradicionales femeninos
como actividad profesional, tales como lavar ropa, comercio al menudeo, limpieza,
entre otras, muchas de ellas de tiempo parcial. Las ocupaciones registradas
para las mujeres fueron, en primer lugar, las domésticas con 5.1%; con menos de
1% estuvieron las costureras y las tortilleras, en tanto que aparece tan solo
una preceptora y una profesora de primeras letras.
Tabla 6
Padrón de 1860: cálculos a partir de oficios
Rangos edad |
Cantidad
con oficio |
% con
oficio res-pecto población |
Hombres con
oficio |
Población
de hombres |
% ocupación hombres
respecto al total |
0-4 |
0 |
0.0 |
0 |
259 |
0.0 |
5-9 |
0 |
0.0 |
0 |
240 |
0.0 |
10-14 |
44 |
4.9 |
41 |
186 |
22.0 |
15-19 |
98 |
11.0 |
86 |
138 |
62.3 |
20-24 |
118 |
13.3 |
105 |
136 |
77.2 |
25-30 |
105 |
11.8 |
91 |
112 |
81.3 |
30-34 |
133 |
14.9 |
126 |
145 |
86.9 |
35-39 |
83 |
9.3 |
74 |
82 |
90.2 |
40-44 |
70 |
7.9 |
65 |
76 |
85.5 |
45-49 |
56 |
6.3 |
53 |
58 |
91.4 |
50-54 |
64 |
7.2 |
59 |
66 |
89.4 |
55-59 |
29 |
3.3 |
29 |
31 |
93.5 |
60-64 |
51 |
5.7 |
50 |
54 |
92.6 |
65-69 |
11 |
1.2 |
11 |
13 |
84.6 |
70 o más |
28 |
3.1 |
26 |
29 |
89.7 |
Suma |
890 |
816 |
1 625 |
El índice de estructura de población activa, que
mide el grado de envejecimiento de la población activa, dio como resultado 40%
en Pátzcuaro. Un índice de 35% marcaría una población muy joven y progresiva en
tanto que un máximo de 100 muestra una población con tendencia regresiva. El
índice de reemplazamiento de la población en edad activa mide el cociente entre
los que están a punto de salir de la edad activa y los que están a punto de
entrar. El dato obtenido en Pátzcuaro (23.5%) muestra una población en vías de
desarrollo; como referencia se tiene que si el índice llega a 100% es evidencia
de una población muy madura (Livi-Bacci, 1993, 89–90).
En el mismo sentido se calculó la población económicamente
activa (PEA), tomando en cuenta el total de población y gente con oficio fue de
32.4%; al considerar únicamente a los hombres con oficio y la población
masculina sube el dato a 72.8.
Las 15 ocupaciones principales reportadas en el Padrón
de 1860 arrojaron los datos de la Tabla 7.
Tabla 7
Padrón de 1860 y Resumen de 1790: principales
oficios
Padrón de 1860 |
Resumen de 1790 |
||||
Oficio |
Cantidad |
% |
Oficio |
Cantidad |
% |
Comerciante |
164 |
18.4 |
Jornaleros |
391 |
34.2 |
Labrador |
115 |
12.9 |
Tributarios |
377 |
33.0 |
Carpintero |
57 |
6.4 |
Artesanos |
122 |
10.7 |
Doméstica |
45 |
5.1 |
Labradores |
116 |
10.1 |
Zapatero |
43 |
4.8 |
Estudiantes |
42 |
3.7 |
Albañil |
40 |
4.5 |
Comerciantes |
40 |
3.5 |
Sastre |
38 |
4.3 |
Órdenes
menores |
16 |
1.4 |
Doméstico |
33 |
3.7 |
Fuero
militar |
8 |
0.7 |
Herrero |
25 |
2.8 |
Mineros |
8 |
0.7 |
Jornalero |
25 |
2.8 |
Barberos
y sanguijeros |
6 |
0.5 |
Obrajero |
24 |
2.7 |
Vicarios |
5 |
0.4 |
Platero |
23 |
2.6 |
Empleados
Real hacienda |
3 |
0.3 |
Gañán |
22 |
2.5 |
Órdenes
menores |
2 |
0.2 |
Panadero |
18 |
2.0 |
Médicos |
2 |
0.2 |
Rebocero |
16 |
1.8 |
Curas |
1 |
0.1 |
En el año 1860 la actividad principal se relacionaba
con el comercio, lo que muestra el perfil mercantil de Pátzcuaro, después siguen
diversas actividades propias de una ciudad que necesitaba determinados servicios:
carpintero, zapatero, sastre, herrero, etcétera, así como actividades propias
de la agricultura: labrador, jornalero y gañán, y las actividades de servidumbre
–domésticas y domésticos–. Con datos menores aparecen oficios que
ya sufrían la competencia con los productos textiles industriales, como
obrajero y rebocero.
Los oficios cambian respecto del Resumen de 1790,
aunque en este caso la información se levantó al establecer determinadas
actividades para la intendencia de Valladolid y se contaron los efectivos en
las diversas localidades. En 1860 es notable el descenso de jornaleros,
desaparece el concepto de tributarios que debieron estar contenidos en oficios
dedicados a la agricultura en 1860, los comerciantes tenían menor presencia en
1790. El número de clérigos descendió, pues en el recuento colonial al incluir el
clero regular y secular, tanto hombres como mujeres, sumaron un total de 251. En
1860 el número descendió a 8 eclesiásticos, entre otras cosas, se debió a la exclaustración
de órdenes monásticas, particularmente en Pátzcuaro, la de jesuitas que ocurrió
en el año 1767 y en 1858 fueron los padres de la Misión de San Vicente de Paul
(Salas, 1956, pp. 90–91).
Se realizó una comparación de la estructura por edad
con el Resumen de 1790 adecuando los datos al recuento colonial que estableció
ciertos rangos que se muestran en la Tabla 8. Se tuvieron que ajustar los datos
de 1860 para poder hacer comparaciones además de algunas modificaciones pues el
de 1790 tiene un traslape en los rangos por edad, como se verifica en las Tablas
8 y 9.
Tabla 8
Resumen de 1790: población por rangos de edad y sexo
Rangos edad |
Cantidad |
% |
Hombres |
% |
Mujeres |
% |
Proporción hombre/mujer |
0-7 |
776 |
17.6 |
378 |
8.6 |
398 |
9.0 |
95.0 |
7-16 |
913 |
20.7 |
416 |
9.4 |
497 |
11.3 |
83.7 |
16-25 |
850 |
19.3 |
342 |
7.8 |
508 |
11.5 |
67.3 |
25-40 |
1 068 |
24.2 |
456 |
10.3 |
612 |
13.9 |
74.5 |
40-50 |
453 |
10.3 |
207 |
4.7 |
246 |
5.6 |
84.1 |
50 o más |
348 |
7.9 |
151 |
3.4 |
197 |
4.5 |
76.6 |
Total |
4 408 |
100.0 |
1 950 |
44.2 |
2 458 |
55.8 |
79.3 |
Al comparar ambos recuentos lo primero que resalta
es la disminución de la población, casi 15% menos a lo largo de 70 años, de por
medio estuvieron la guerra de Independencia, así como varias epidemias y
pandemias: las fiebres misteriosas en 1814 y 1815, los cóleras de 1833 y 1850,
la viruela de 1840 y el tifo de 1848, aunque todas fueron crisis menores
considerando a la población adulta o total (Talavera, 2018, pp. 136–39),
además del subregistro que se abordó párrafos atrás.
Tabla 9
Padrón de 1860: población por rangos de edad y sexo
Rangos edad |
Cantidad |
% |
Hombres |
% |
Mujeres |
% |
Hombres/ mujeres |
0-7 |
842 |
22.3 |
404 |
10.7 |
438 |
11.6 |
92.2 |
8-16 |
783 |
20.7 |
338 |
8.9 |
445 |
11.8 |
76.0 |
17-25 |
696 |
18.4 |
253 |
6.7 |
443 |
11.7 |
57.1 |
26-40 |
879 |
23.2 |
352 |
9.3 |
527 |
13.9 |
66.8 |
41-50 |
303 |
8.0 |
131 |
3.5 |
172 |
4.5 |
76.2 |
51 o más |
278 |
7.4 |
147 |
3.9 |
131 |
3.5 |
112.2 |
Total |
3 781 |
100.0 |
1 625 |
43.0 |
2 156 |
57.0 |
75.4 |
También hay que considerar la paulatina decadencia de
Pátzcuaro al perder la capitalidad política y administrativa ante Valladolid,
que trajo consecuencias económicas y sociales. Los datos de población del Resumen
de 1790 mostraron los efectos negativos de varias epidemias que dejaron su
impronta de muertos en ciertos grupos de edad; al tomar en cuenta únicamente a
los adultos, debido al subregistro infantil, se tuvieron varios años críticos: en
1774 y 1775 las defunciones estuvieron cerca de ser crisis, con categoría de
crisis menores se tienen la viruela de 1780 y las fiebres (Gran Hambre) de 1785
y 1786 (Talavera, 2018, p. 137). El Resumen de 1790 acusó más los efectos de
las crisis de mortalidad sobre todo en el rango de los más pequeños, así como entre
los 7 y 25 años. Resulta algo difícil la comparación entre los recuentos, pues
los rangos abarcan diferentes años de edad –7, 9, 10 o 15 años–, el
de 1860 se acerca más a la forma de una pirámide, aunque el rango de 26–40
años es superior, pero también abarca mayor cantidad de años, posteriormente
los datos descienden en las edades mayores. La relación entre hombres y mujeres
favorece a las féminas en las dos fuentes aunque tienen algunas diferencias: los
más pequeños tendieron al equilibrio, mientras que en los rangos posteriores la
diferencia es muy fuerte, sobre todo entre 16 y 25 años, en 1790 es 67.3 y
aumenta la diferencia en 1860 con 57.1; únicamente en 1860 se tiene una ventaja
para los hombres en el rango de 51 años o más superando al recuento colonial de
manera considerable. Las diferencias entre hombres y mujeres en estos rangos se
pueden explicar por la emigración de varones adultos y su ocultamiento ante un
posible reclutamiento.
Migración, mortalidad, causas de muerte y
analfabetismo
El Padrón de 1860 y los registros parroquiales del
mismo año permitieron obtener otros datos que evidencian elementos importantes de
la población de Pátzcuaro. Un elemento antes señalado fue la migración, lo que
permitió identificar los asentamientos con mayor movilidad.
Tabla 10
Padrón de 1860: lugar de procedencia de migrantes
Lugar |
Cantidad |
Morelia |
63 |
Santa Clara
del Cobre |
47 |
Quiroga |
47 |
Zamora |
35 |
Ario de
Rosales |
31 |
Puruándiro |
29 |
Tzintzuntzan |
29 |
Zacapu |
21 |
Cotija |
17 |
Tareta |
16 |
Guadalajara |
12 |
Tangancícuaro |
11 |
Erongarícuaro |
10 |
Uruapan |
9 |
Chapultepec |
8 |
El total de migrantes declarados en 1860 fueron 563
lo que representa 14.9% respecto del total. Llama la atención que en el
registro de datos varias localidades de origen pusieron el nombre o elemento al
que fue consagrada la localidad en el siglo XIX, por ejemplo, Portugal es Santa
Clara, Calderón es Puruándiro, Mier es Zacapu, Progreso es Uruapan, el
asentamiento de Cocupao ya había cambiado de nombre a Quiroga. Aparece una
localidad Tareta que corresponde a una hacienda cercana a Pátzcuaro, pero no es
la villa o pueblo de Tierra Caliente de nombre Taretan (Tabla 10). La mayoría
de migrantes provenían de lugares ubicados a una distancia menor a 100 kilómetros
con excepción de Zamora y Guadalajara, los cuales se pueden situar en su
mayoría en la Figura 3. Los primeros lugares son ocupados por ciudades y villas
de importancia y algo alejados: Morelia, Santa Clara, Zamora o Ario, mientras
que algunos asentamientos eran más cercanos como Quiroga o Tzintzuntzan, así
como haciendas próximas: Tareta y Chapultepec. Otros estudios han encontrado
comportamientos similares, Arenas (2012, pp. 205–6) en Sombrerete,
Zacatecas, estableció un patrón de migración a corta distancia entre los novios
que se casaban –la mayoría pertenecían a la misma parroquia– al
igual que sucedió en Namiquipa, Chihuahua, los contrayentes provenían de la
misma región o de lugares ubicados a no más de 200 kilómetros (Campos, 2019, p.
197–199); en La Encarnación, Jalisco, los novios llegaban, en su mayoría,
de sitios a menos de 50 kilómetros de distancia (Torres, 2017, pp. 96–98).
Figura 3
Padrón de 1860: Pátzcuaro y asentamientos de
inmigrantes
La mortalidad en una sociedad de antiguo régimen es
muy alta y sobre todo en los niños como se muestra en Pátzcuaro en el año 1860
con una tasa bruta de mortalidad (TBM) de 38.6 por cada 1 000 habitantes,
hombres 17.7 y mujeres 20.9. Los porcentajes de fallecidos de menores de 7 días
fue 0.4, menores de 28 días: 0.6 y menores de un año: 1.2.
Tabla 11
Padrón de 1860 y Family Search*: tasa específica de
mortalidad por rangos de edad
Rangos edad |
Total |
0-4 |
155.7 |
5-9 |
14.2 |
10-14 |
7.5 |
15-19 |
11.8 |
20-24 |
2.7 |
25-30 |
6.0 |
30-34 |
22.8 |
35-39 |
20.6 |
40-44 |
14.6 |
45-49 |
15.7 |
50-54 |
33.8 |
55-59 |
0.0 |
60-64 |
121.2 |
65-69 |
95.2 |
70 o más |
204.1 |
Total |
38.6 |
* Parroquia de Pátzcuaro: partidas de defunciones.
La cifra de los más pequeños, de 0 a 4 años,
evidencia la terrible mortandad que sufrían los niños, elemento propio de una
sociedad de antiguo régimen demográfico. Es conocida la mayor mortandad de
varones de edad pequeña, de 0 a 4 años, posteriormente la mujer tiene datos más
altos desde los 5 y hasta 40 años, más adelante el hombre supera a la mujer o
la iguala, con excepción de los rangos de 60 a 64 años, y 70 o más años, como
se muestra en la Tabla 11. El peso mayor de la mortalidad en los más pequeños
disminuye en los rangos de más edad, aunque se tienen altibajos y un fuerte
aumento a partir de 60 años. La curva muestra la conocida forma de U con alta
mortalidad de niños y ancianos, el rango de 55–59 años es de 0, pero
mostraría la tendencia a redondear la edad a 50 o 60 años tanto en la
declaración del padrón como en el acta de defunción como se verifica en la Figura
4, se tiene una pequeña elevación entre los 30 y 39 años, otro pequeño repunte
entre los 50 y 54 años.
Figura 4
Padrón de 1860 y Family Search*: curva de mortalidad
por rango de edad
* Parroquia de Pátzcuaro: partidas de defunciones.
Las principales causas de muerte, anotadas en las
partidas de defunción (Tabla 12), arrojan que el primer lugar fue ocupado por disentería,
afección del aparato digestivo que atacaba a los más pequeños, casi un tercio
del total; en lugares secundarios, con porcentajes cercanos a 6%, se tienen
fiebre, un síntoma común a varias enfermedades, hidropesía, que afectaba más a
los adultos, así como “malnacido” o “malparto”, que eran niños recién nacidos y
que morían al poco tiempo del alumbramiento. Con datos inferiores a 5% aparecen
diferentes padecimientos, en algunos casos fueron síntomas como el dolor o inflamación,
o enfermedades contagiosas como la viruela, enfermedad que seguía haciéndose
presente pese a que la vacuna estaba disponible desde principios del siglo XIX.
Tabla 12
Padrón de 1860 y Family Search*: 10 principales
causas de muerte en el año 1860, Pátzcuaro
Causa |
Cantidad |
% |
Disentería |
69 |
29.9 |
Fiebre |
15 |
6.5 |
Hidropesía |
14 |
6.1 |
Malnacido o
malparto |
14 |
6.1 |
Dolor |
11 |
4.8 |
Inflamación |
11 |
4.8 |
Dolor de
costado |
7 |
3.0 |
Ético |
7 |
3.0 |
Erisipela |
7 |
3.0 |
Viruela |
6 |
2.6 |
* Parroquia de Pátzcuaro: partidas de defunciones.
Las causas de muerte en Pátzcuaro de 1860 son similares
a las de los años 1828–1829, aunque en este caso la hidropesía ocupaba el
primer lugar, seguido de fiebre, disentería, dolor de costado, irritación, parto
y ético. En la misma ciudad, entre 1851 y 1855, las dos primeras causas fueron disentería
y fiebre; en tercer lugar venía el dolor seguido de hidropesía, tos, dolor de costado,
inflamación, malnacido y ético; en décimo sitio venían los remanentes de la
pandemia de cólera morbus de 1850. Las principales causas de muerte de
Pátzcuaro eran muy parecidas a las de Morelia entre 1844–1845 y a las de Uruapan
entre 1838-1861, en años “normales” o sin epidemia (Talavera, 2020, pp. 121–26).
El grado de analfabetismo es muy alto en pueblos,
ranchos y haciendas; ya se señaló el problema que se tuvo en la ciudad para
capturar e identificar tal información. En algunas localidades nadie sabía leer
y escribir (Tabla 13), lo cual podría ser entendido como una muestra de la
marginación y pobreza de los michoacanos, misma que se agravó con el final del
régimen colonial. A partir de las reformas borbónicas se determinó que los
pueblos debían tener escuelas sostenidas con sus bienes de comunidad, mientras
que en el México independiente la política de secularización liberal intentó
reemplazar a la Iglesia en su labor educativa, pero sin tener recursos
económicos, lo que implicó la carencia de escuelas en las áreas rurales e
indígenas, las de mayor pobreza en el país.
Tabla 13
Padrón de 1860: analfabetismo en pueblos
Localidad |
% de analfabetismo |
Santa Ana |
99.0 |
San Bartolo |
99.6 |
Tupátaro |
99.7 |
Nocutzepo |
98.8 |
Zenzenguaro |
96.4 |
Huecorio |
98.1 |
San Pedro
Pareo |
97.6 |
Cuanajo |
99.8 |
Janicho |
100.0 |
Surumutaro |
100.0 |
Tocuaro |
95.5 |
Ranchos y
haciendas |
97.6 |
Conclusiones
La población de Pátzcuaro, al igual que el resto de
México, mantuvo durante siglos una lucha para sobrevivir a la alta mortalidad,
sobre todo de los más pequeños. El Padrón de 1860 muestra una población joven
que intentaba restituir la pérdida continua de habitantes. De manera particular,
Pátzcuaro mostró una decadencia poblacional que se reflejó en la cantidad de
habitantes, con cifras menores ante otras ciudades michoacanas; perdió importancia
entre el último cuarto del siglo XVIII y a lo largo del XIX. La actividad
mercantil con base en los productos de Tierra Caliente, la Costa y la Sierra
purépecha le permitió mantener cierta importancia económica, pero con la
llegada del ferrocarril comenzó a perder peso en el tráfico comercial y la
manufactura de textiles.
La sociedad de Pátzcuaro reflejó en su pirámide
poblacional no solamente a una población joven que intentó mantener el
crecimiento ante la alta mortalidad, también la inmigración femenina y, muy
posiblemente, una emigración masculina en edades productivas y reproductivas.
La declaración de edad en el Padrón muestra la tendencia a manifestar cifras
terminadas en 5 o 0. La inmigración provino de asentamientos ubicados en su
mayoría a menos de 100 kilómetros de distancia con mayor presencia femenina en
edad productiva. Las crisis de mortalidad por epidemias y pandemias alteraron
la forma de la pirámide. Las crisis de mortalidad fueron una constante en
México desde inicios de la época colonial y hasta inicios del siglo XX.
Los indicadores sobre la población activa evidencian
lo ya señalado, una población joven, una sociedad agrícola, una rápida
integración al mercado laboral y un retiro casi inexistente de los hombres. En
Pátzcuaro se tuvo una temprana integración al trabajo, nula jubilación, así
como la enorme participación del hombre en el campo laboral, aunque esto último
quizá no refleja la participación laboral de la mujer al no mencionar
actividades productivas que eran tradicionales y centenarias.
La actividad productiva muestra los cambios
políticos, económicos y sociales que sufrió México entre el periodo colonial y
la etapa independiente, que en el caso de Pátzcuaro se percibió en la fuerte
disminución de religiosos y religiosas, en la desaparición de tributarios y en la
mayor importancia otorgada a la actividad mercantil frente a la producción
agrícola y textil.
Los indicadores de mortalidad muestran claramente
los siguientes aspectos: a) un notable descenso de los más pequeños, sobre todo
en los menores de 5 años; b) la disminución de fallecidos en los rangos de edad
posteriores y c) un fuerte incremento de difuntos a partir de los 60 años que
se refleja en la forma de U o herradura, propia de las sociedades agrícolas. El
analfabetismo llegó a ser total en algunos pueblos, muestra de la falta de
recursos y proyectos educativos, situación que empeoraba en las zonas rurales y
en los pueblos indígenas. Las causas de muerte manifiestan la prevalencia de
las enfermedades digestivas, síntomas en lugar de padecimientos concretos como
responsable de la muerte y el difícil inicio de la vida desde el nacimiento.
Archivos
Archivo Histórico Municipal de Morelia (AHMM), Michoacán, México.
Padrón
de 1860, s. XIX, c. 87, e. 12.
Archivo Histórico Documental “Dr. Gerardo Sánchez Díaz” (AHD),
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Instituto de
Investigaciones Históricas (IIH), Morelia, Michoacán, México.
Resumen
general de las ciudades, villas, pueblos, parroquias en la prov. de Michoacán,
Conde de Revillagigedo. 1790, serie 28, 284.
Family Search (http://familysearch.org).
Parroquia de Pátzcuaro: partidas de defunciones.
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[1] Para facilitar la lectura y ubicación de
las referencias correspondientes a los censos nacionales de México en los años
de 1895, 1900 y 1910, solo se señala la palabra “Censo” o “División
territorial” con el año del levantamiento y la página correspondiente.
[2] Edad media: media de las edades
ponderadas por la frecuencia de la población en cada grupo de edad. Edad
mediana: divide exactamente la población cuyos integrantes se ordenaron en
escala progresiva de la edad.
[3] Índice de envejecimiento: indicador sintético
del grado de envejecimiento de la población (Livi-Bacci, 1993, pp. 88–89).
En este caso se utilizó la población con 65 años o más y de 0 a 14 años.