Resumen
Este artículo es resultado de un breve estudio del lugar que la noción de enfermedad ocupa en el discurso religioso novohispano del siglo XVII, tomando como base tres documentos que se propone representan las pervivencias de los tres genera causarum de la Antigüedad: deliberativo, panegírico y judicial, una colección de pláticas jesuíticas, una crónica carmelitana y un tratado de extirpación de idolatrías. Se argumenta que la enfermedad puede funcionar en estos discursos como castigo o como purificación, enfrentando dos nociones de curación hasta cierto punto opuestas: aquella que confiaba en las artes de la medicina pre-científica, y aquella que defendía el poder cuasi-mágico de las curaciones religiosas – i.e., uso de cédulas, oraciones o sacramentos. Se argumenta también que la enfermedad no era solo un elemento de prueba en estos discursos, sino que también se trataba de un concepto que conformaba una de las causas oratorias esenciales del cristianismo: aquella que asociaba – a veces conflictivamente – la salud corporal con la salvación del alma. Se muestra finalmente que el lugar de la enfermedad en estos discursos se encuentra todavía circunscrito a la concepción moral de la salud, cultivada desde las tradiciones médicas medievales, y que incorporaba las nociones de corporalidad maliciosa y de virtud como cualidad no solo del alma.